Ahí, me tienen, preparándome para caminar en el Camino de Santiago. Estoy andando casi todos los días para poder emular el paso de mi tocayo el apostol. Ahora, casi todas las tardes camino por el carril-bici, o por la vía del colesterol, o voy hasta Santa Ana y pronto iré andando a Frailes, así me ahorro el combustible del coche.
Andar es muy sano, me fortalece el cuerpo y el alma y cuando voy andando puedo contemplar los paisajes que me ofrece el campo. Ver, ahora, los almendros en flor u otros árboles que ahora empiezan a florecer, aunque muchos días de estos, el frío es intenso.
Ayer, fuí a andar con Paloma, y me llevó a trancas y barrancas, ella tan joven y yo haciéndome un viejo, la respiración se me entrecortaba y para hacerme el fuerte le mantuve el paso durante más de 8 kilómetros, al final estaba casi exhausto pero contento.
En fin, poco a poco mi cuerpo se va adaptando, me lo veo mejor, más adaptado, las piernas me responden y los músculos están más potentes.
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