La primavera ha llegado, esta mañana he recibido al sol, con Lolita y Mercedes, me han enseñado una ceremonia y el sol ha brillado más fuerte. Parecía que tenía más energía o eso he creído. También es el día universal de la Poesía, pero eso son todos los días. Los versos irradian emociones y por eso he felicitado a mi amigo Manuel en Cazorla. Y leí unos poemas de Borges en los que decía cosas bonitas como el agua cristalina. A veces, oigo sonidos en mi interior y me sorprendo en medio de la noche, a pesar de todo lo sé asimilar y mi cuerpo se estabiliza.
Otras veces, estoy rodeado de gente como mi tía Dolores, con 88 años sigue en la brecha, andando por la calle, visitando a mi hermana Maripi y compartiendo su vida con entusiasmo y camina por la calle Cuevas, con su figura pequeña. Después veo a mi hermana Emilia, que la atropelló un coche y le fracturó la mano por 4 lados y se ha recuperado en unos meses, no como antes pero ya sonrie. Aunque aún espera a la ley de Dependencia para que le ayude una trabajadora en las tareas y en su higiene personal. Esto de la ley de Dependencia es como todo, a unos le colocan una ayuda que quizás no necesiten, a otros se la deniegan o llega tarde. Ahora, casi todo funciona mal o a medio gas, parece como si los derechos y deberes hayan sufrido una gran decadencia. Aquella euforía del 86 ha sucumbido a la pseudo democracia actual. Con políticos que nos acosan con impuestos, parados falsos que cobran, parados verdaderos que no cobran. Personajes como Putin que invaden, otros como los de los Gurtel que no hablan ante el juez. Hombres en la frontera de Melilla que no pueden pasar a España y quienes son los que mandan que siguen quitando derechos a los que no mandan. Embustes, mentiras...la época actual está llena.
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