Ayer por la mañana, al salir a la calle casi me caigo al resbalar en la acera debido a la cera que la procesión de la patrona llevó a las calles alcalaínas, a pesar de que el Ayuntamiento había obsequiado a todos los fieles con un controlador de cera para las velas, para no ensuciar las calles. Me encontré un perro a la puerta de mi casa que me parece a mí que lo dejaron los de Etnosur en la ciudad, cada año dejan algún regalito para que lo cuiden los vecinos. El caso es que el perro es tranquilo y transmite buenas sensaciones y da como lástima dejarlo solo en la calle, parece que te está diciendo ‘llévame a casa’.
Seguí la procesión desde la Avenida de Andalucía y de verdad que fue mucha la gente que acompañó a la Virgen de las Mercedes: mujeres, jóvenes, matrimonios con bebés, personas descalzas, aunque estuvo un poco desorganizada y las filas se interrumpían una y otra vez y no tenían continuidad; la procesión iba lenta y se oían muchos comentarios. Claro debido a que el itinerario había cambiado, unos decían que el próximo año debería pasar por estas calles de Fernando El Católico o Avenida de Europa, por ser unas vías más anchas y lucirse mejor la procesión; otros decían que era mejor por el casco antiguo con calles más estrechas y de mayor solera. En las filas socialistas parece que han desertado algunos concejales de asistir a la procesión, no vi ni a Rafael Hinojosa, ni a Rafael Romero, ni a Felipe y José López, aunque si iba la alcaldesa que iba acompañada de su inseparable Ana Cortecero, así como Teresa Afan de Rivera, Cecilia Alameda y Cristina Pérez, sin olvidar a Juan Ángel Pérez que a este si que le gustan las procesiones. Los populares creo que iban casi todos y también la concejala del PA. Quién no faltó fue el cura Jaime Alberto que no se pierde una e iba con el clero vestido todo de blanco. Estos políticos tienen paciencia para resistir la procesión desde las 20:00 horas hasta más allá de la media noche, pero en fin parece que ese es uno de sus cometidos cuando aceptan el cargo.
Al final, todo terminó con unos pocos fuegos artificiales que inundaron el cielo alcalaíno, las calles también se inundaron de gente y los bares se llenaron de clientes, como siempre, como cada día de la Virgen de las Mercedes. Con gente por todos lados, saludándose unos a otros, contándose sus historias, volviendo de nuevo a la tierra por la Patrona y preparando ya las maletas para volver a sus puntos de destino, pero un año más han podido asistir a esta fiesta alcalaína.
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