Ya se acabaron los festivales de agosto, puede que hayan sido participativos y han intervenido gentes de la ciudad, con diversas actividades para casi todos los públicos, ha salido a escena la cantera local, con actuaciones de la coral Alfonso XI, la asociación musical Pep Ventura y los pintores y escultores locales a través de Expopinta, sin olvidar los espectáculos que financia la Junta de Andalucía. Pero queda como un sabor agridulce al no contar con espectáculos de gran envergadura que acarreen la atención del público. Parece que estos festivales son un quiero y no puedo, ofrecer algo pero sin gastar mucho. Y es verdad que la economía local no está para hacer gestos festivos y hacer gastos excesivos. Pero convendría plantearse otras alternativas, para que los espectáculos veraniegos fuesen pagados por las personas que quieran verlos.
Parece que seguimos con el pan y el circo romano de hace veinte siglos y de todas maneras quien paga todo esto es el pueblo soberano con sus impuestos, ahora todos los días son fiesta y disfrutamos bebiendo, charlando, saliendo y a través de los medios de comunicación oímos y vemos los espectáculos que deseamos. Pero en fin, a quién ha interesado los festivales, hay unos 22.500 habitantes en el municipio y a los festivales habrán ido unas 5.000 personas, siempre los mismos, las mismas caras en todos los espectáculos, un poco más del 20% de la población. Puede quedar casi un 80% que no se ha interesado por este tipo de espectáculos y quizás no se interese por ninguno y eso contando con que en agosto hay un gran número de personas que viene de otros lugares.
Y para que digo todo esto, no sé. Lo mismo pasa con los cultos religiosos, cientos y cientos de años haciendo lo mismo; la gente sale a la calle a ver la procesión de la Virgen de las Mercedes, unos lo hacen por la fe, otros por la inercia, miles de personas en la calle, cientos de personas con una vela alumbrando la fe que profesan; en fin es la vida misma, cada uno busca aquello que le han enseñado, lo que ha visto en su familia, lo que le han inculcado. No es mejor ni peor, sigue la corriente y me pregunto si alguien se pregunta porqué va a ver los espectáculos de los festivales, porqué va a alumbrar a una procesión, porqué se gasta tanto en asuntos superfluos y porqué pasan hambre y sed los limpios de corazón. En fin, esto se está poniendo trágico, no era mi intención traer a colación hacer pensar a la gente, y menos ahora que estamos en pleno verano y en pleno agosto, lo importante es seguir disfrutando, finalizar los festivales, salir a la calle el día de la Virgen de las Mercedes y poder ver la procesión cuando pase por los toldos del Llanillo.
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