Como toda leyenda que se precie los hechos no están acreditados en ningún legajo de ningún archivo municipal. Sólo la imaginación y las largas noches de invierno son las protagonistas esenciales.
La historia está enmarcada en la llamada Cueva del Tesoro a poca distancia del cortijo El Charro, en el camino que conduce a Los Rosales. Parece ser que dicha cueva estaba habitada por una vieja bruja que tenía una serie de poderes sobrenaturales; las personas que pasaban por dicho camino, generalmente arrieros, recoveros y vecinos de los cortijos del Cerrillo el Ciego, El Espinar, o la Hoya del Salogral, habían visto un esperpento que salía de vez en cuando de la Cueva del Tesoro, pero cada uno tenía una versión. Lo cierto es que en la piedra que había junto a la cueva, en las noches largas de verano, salía un habitante de la cueva que emitía unos grandes sonidos guturales, lanzando una serie de pedradas al camino.
Los que pasaban por dicho camino estaban muy asustados y corrían a más no poder cuando coincidían con el lugar de la cueva. El miedo les hacía ver una serie de actos que no coincidían con la realidad.
Una noche de verano, un vecino de Frailes quiso darse un paseo por los alrededores de la cueva del tesoro y tratar de desenmascarar el enigma de la vieja, había oído que ésta cernía higos para guardarlos como alimento para el invierno, ni corto ni perezoso se dirigió por Sotorredondo y muy ufano fue hasta la confluencia del camino con la cueva, en lo alto del peñón se dibujaba una silueta negra que se movía y en sus brazos mantenía un arnero, donde cernía los higos, el hombre se quiso acercar para mejor vislumbrar la sombra, pero los gritos de la misma lo impedían y un miedo atroz se apoderó de él, no obstante siguió caminando para cerciorarse de quién era aquella figura. No pudo seguir porque el lanzamiento de un higo lo dejó parado y su cuerpo quedó hecho una estatua inamovible que quedó estancada en la vereda que conduce a la cueva. El hombre quedó allí indemne, sin vida y convertido en una estatua, recordando al viejo Lot cuando huyó de la ciudad de Sodoma. La vieja siguió chillando y se metió en la cueva.
Parece ser que la estatua se convirtió en un trozo de piedra con figura de hombre y desde entonces sigue pegada a la cueva, a la vieja bruja que cernía higos en la cueva del Tesoro no se le ha vuelto a ver desde entonces, a pesar de que se hicieron varias expediciones para entrar a dicha cueva. En la misma se ha podido comprobar que contiene numerosos caminos que conducen a diversos laberintos, allí se han encontrado restos de animales pero no ha habido ningún indicio de la vieja bruja que aullaba y lanzaba higos a los que pasaban por el camino.
Excelente texto! no sabia nada sobre esto, tengo 19 fanegas, el "peñon" que hay encima de los rosales es mio, y bueno... hay una cueva y muchos recovecos, jaja, pero no sabia nada de esta historia... Ahora andare con mas miedo por mi campo, jeje, aunque higueras no encontre ninguna, jeje.
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ResponderEliminarY tú quien eres?
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