Mi hija me dejó su gata para cuidarla, se llama Asia y es joven y juguetona. Nada más llegar a mi casa, recorrió todo el piso, introduciéndose en los sitios más inverosímiles, desde el baño a la cocina, pasando por el salón y los dormitorios. Es cariñosa e independiente y tan pronto se acercaba a mí como daba grandes saltos para coger algún insecto que se paseaba por el salón. Me hizo algún estropicio, como roer los lomos de algún libro, rasgar algún sillón y tirarme al suelo algún objeto no valioso, claro que no tengo objetos valiosos en mi casa. La gata Asia es inquieta y lo mismo se coloca en la ventana viendo a los transeúntes que mueve el rabo para espantar moscas. Cariñosa, se acercaba a mí y ronroneaba pidiendo alguna caricia. Los gatos de ahora no son como los de antes; los primeros están más educados, hacen sus necesidades en un recipiente con arena, moviéndola continuamente cuando orinan o defecan e incluso mojan sus patas en el agua y se peinan. Claro que los gatos de antes nadie les hacía caso, vivían en la casa pero no tenían un cuidado especial, iban y venían y comían de las sobras de las comidas. Ahora tienen un menú especial a base de piensos compuestos, les ponen vacunas y a algunos les operan las uñas para que no cometan estropicios en los pisos, como rasgar las cortinas o los sillones del salón. También les compran juguetes para que no se aburran en sus ratos de soledad, un aparato para que se afilen las uñas y bebederos de agua y comida, todo un ajuar para estos animales de compañía.
La gata Asia es un felino, se parece a un tigre en pequeño, con cabeza pequeña y un pelo claro y brillante, da gusto pasarle la mano por el lomo mientras ronronea con estas caricias. A veces se cabrea y da grandes saltos en el aire, da compañía y la busca, cuando despierta viene hacia mis pies y se roza, buscando alguna caricia. Pero es independiente, va a su aire, es elegante como una modelo de alta costura, pavoneándose a veces en el salón como una gran estrella de cine y le gusta que le haga fotos y mirarse en el espejo que tengo a la entrada de la casa. Es regalona y en cualquier sitio echa una siesta, aunque busca siempre los lugares más adecuados como los sillones más blanditos y los sitios más fresquitos. La gata Asia es como un humano, le gusta que la quieran, la cuiden y la traten bien.
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