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miércoles, 2 de marzo de 2016

ALCALÁ COTIDIANA


Estoy aquí en esta casa, con mi casa a cuestas, dándole vueltas a mi cabeza, yendo de un sitio a otro y tratando de buscar la normalidad. Paseo por estas calles, miro la cara de los alcalaínos y me impregno de este pueblo que mira a la fortaleza de la Mota y el otro día volví a visitarla y la cuestión es que me gustaron las vistas que desde allí en lo alto se pueden admirar. Una amalgama de casas por un lado, las Cruces con sus antenas o los miles y miles de olivos que se extienden por la parte de Priego. 
Ahora, muevo mis brazos y hago flexiones y bailo al ritmo de Sabina, mientras busco en mi memoria aspectos y vivencias de la villa frailera. Sigo visitando Frailes y veo fraileros por todas partes, en el mercadillo, en el Llanillo, en el chiringuito de los Churros o por la Avenida de Europa. 
Aquí, en Alcalá el cronista de la ciudad se puso enfermo y está en un hospital de Granada, pero pronto volverá y lo veremos caminar entre los bancos del Paseo de los Álamos, hablando con Paco Toro y buscando información para un nuevo libro. También, se ausentó de la biblioteca Carmen Juan, la bibliotecaria eterna que sigue en pie en su pequeño despacho, leyendo el País y dando información  a unos y a otros, ahora Carmen Juan se recupera de una caída y volverá a ese despacho de nuevo.
También, me acuerdo de Loli, la municipala, que todos los días me daba voces para sentir un no sé qué que nos unía en aquél trabajo que tenía de documentos y despachos. 

El otro día me encontré con un hombre que conocía pero él no me conoció a mí, lo recuerdo de la infancia y él me dijo que no era grave pero que no recordaba ni lo que había desayunado por la mañana. También estuve con Pepe, el del Rincón del Pepe, y saboreé la tapa que este año presenta en la VII Ruta de la Tapa, es de carne con una serie de salsas. Me habló de su nuevo restaurante que cuenta con un aforo para 22 personas sentadas, me dijo que llegan muchos extranjeros y que a la gente le gusta la mesa que da a la calle y que se la disputa todo el mundo. 
Fuí al mercadillo, como siempre los vendedores ofrecían un sinfín de artículos a precios buenos, bonitos y baratos, había lugares donde se arremolinaba mucha gente y allí es donde había alguna ganga y prendas de marca, pero tenían que buscar y buscar hasta dar con lo adecuado. 
Hoy busco como siempre un lugar donde estar.

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