Anoche, si pudo
lucir y salir la cofradía de Nuestro Padre Jesús en la Oración del Huerto y
María Santísima de la Esperanza. El Compás de Consolación se fue llenando de
fieles y las bandas de música esperaban en el asfalto del Llanillo, entre la
fuente de la Mora y la Tejuela. Los alcalaínos acudieron en masa a la
procesión, vistiendo sus mejores trajes. Bien pasadas las 20:30 horas, un
capataz dio el aldabonazo pertinente en las puertas de Consolación, y con ello
dio comienzo la procesión. En primer lugar salió Jesús en la Oración del
Huerto, con un enorme olivo en el paso, después salió la Virgen de la Esperanza
y los costaleros se desvivieron por sacarla a la calle y pasearla entre la
muchedumbre.
El Martes Santo alcalaíno es sinónimo de la
cofradía de penitencia de Nuestro Padre Jesús en la Oración del Huerto y María
Santísima de la Esperanza. Hay constancia de que la cofradía, en sus primeros
orígenes, tuvo un pasado común con la Esclavitud del Señor de la Humildad. Su
fundación, según sabemos por historiadores locales, se produce en el año 1630
aunque en 1622 parece ser que ya existía como se deduce de diversos testamentos
de la época. Esta cofradía daba culto a las advocaciones de la Oración en el
Huerto, Cristo de la Humildad y Nuestra Señora de las Angustias. En el año 1688
esta cofradía se disolvió volviendo a reorganizarse cinco años más tarde, en
1693.
Hay que remontarse a 1950, para
tener referencia de la que hoy es dicha cofradía. Fue en la primavera de ese
año en la que un grupo de fieles devotos, encabezados por Luis Roux Camacho, la
fundan y la ponen en marcha.
En el año 1985, a iniciativa de
la Agrupación de Cofradías y a propuesta del que era su presidente, Manuel
Puerma, se promueve la reorganización de la misma. Se celebró una primera reunión
el 8 de agosto y allí se siembra una semilla que en pocas semanas empieza a dar
su fruto. Al año siguiente, el Martes Santo, efectuaba estación de penitencia
arropada por todas las cofradías y hermandades de Pasión de la localidad.
La iglesia de Consolación sobre
las 20:30 horas es un hervidero de gente entrando y saliendo. Los costaleros
nerviosos realizan los últimos ejercicios y soldados romanos, máscaras y
mujeres en mantillas esperan la salida de la procesión. El recorrido es uno de
los más sinuosos del municipio, a veces por calles estrechas. Se inicia en la
iglesia de Consolación, la salida es espectacular porque los costaleros tienen
que hacer varias ‘vilguerías’ para poder sacar los pasos adelante, a través de
una puerta que les viene pequeña. El capataz va dirigiendo a unos y a otros,
les da ordenes determinantes y el esfuerzo se ve en las caras de los
costaleros. Entre ellos se animan, hasta que por fin se pasa dicho obstáculo y
la banda de música de esta cofradía impacta los corazones con el himno de
España.
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