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miércoles, 15 de febrero de 2012

QUE ESTO SE PUEDE CAER, QUE ESTO SE CAE

El tinglado montado por unos y otros se puede caer en cualquier momento. Unos se echan las culpas a otros y dejan el patio sin barrer. A los cinco millones de parados, se les puede unir el desastre de la sanidad, que pronto reviente todo esto. O incluso que el dinero de las pensiones se acabe. Los políticos que hemos tenido y tenemos no han pensado en otra cosa que enriquecerse, en guardar su sillón y en salvarse ellos mismos. Dejad que los expresidentes, que los banqueros, que toda esa gente les quede unas pagas de mil pares de huevos, y en muchos casos dos o tres pagas grandes, es de juzgado de guardia, pero como no hay juzgados para dirimir esto, siguen cobrándolas. La reforma hecha por el gobierno de Rajoy,es todo un atentado para el mundo del trabajo, pero ni los sindicatos, ni los partidos de izquierda hacen nada, porque están muertos de miedo y temen perder sus privilegios. Ahora, los socialistas se pelean por ir en los primeros lugares de las listas para el Parlamento de Andalucía, todos quieren ir los primeros, pero no hay sitio para todos. Los sillones bien pagados se están acabando. Ahora lo que vendría bien, sería un gobierno que pusiera unos sueldos para los grandes y todos los politicos de unos 1.300 euros, que ellos empezaran por apretarse el cinturon, que supieran lo que vale un peine. Así, se podría arreglar un poco todo esto, pero si seguimos como quieren estos politicos, podemos ir a pique y luego cuando estemos en la mierda, será difícil salir de ella.
Yo ya estoy harto de Gurtel, de Garzón, del Sr. Blanco que se compró un piso y arrasó muchos árboles para construirlo, de los Eres de Andalucía, de las asociaciones esas que dan dinero para que coman un día los cuatro investigadores de la comarca, del Sr. Cerveró que viene a Frailes a explotar el balneario y exige que se lo den todo mascado, de los periodicos que explotan a los periodistas, de cualquier explotador de cualquier signo. Estoy harto de crisis, del frío que hace, ahora, solo deseo que venga la primavera y que llueva y que haya pan y aceite al menos para comerme un canto al sol.

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