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sábado, 30 de abril de 2016

JAVIER GARCIA TEBA VUELVE CON UNA OBRA BAJO EL BRAZO

El gusanillo del teatro es indeleble a este pequeño hombre, Javier García Teba, que desde que tenía uso de razón, la representación fue uno de sus asuntos esenciales. Allá por los años 80 comenzó una carrera sin fin y el pasado viernes, llegó otra vez a su ciudad para presentar una nueva obra, lo que sabe hacer, lo que lleva en las venas, el teatro, denominada ‘Vidas fingidas.
Fue en el escenario del Aula Magna de Capuchinos, donde se congregaron una serie de amigos, seguidores y familiares para que este hombre grande y pequeño les hablara de su nueva obra. Muchos de los que allí habia, llegaron de Chiclana donde Javier García Teba ejerce su trabajo de profesor de Literatura. Otros eran sus amigos alcalaínos que comenzaron con él su andadura en el arte de Thalia. La nostalgia afloró a flor de piel, porque comenzaron a surgir recuerdos, que Antonio Vázquez fue  recorriendo como hojas de otoño que quedaron en la memoria. Surgió el nombre del Olivo, un grupo teatral que García Teba puso en marcha  y en el que dieron sus primeros pasos muchos alcalaínos que estaban sentados en el Aula Magna del Convento de Capuchinos. 

Después José Moreno, otro autor llegaado de Granada explicó como era el teatro de Javier García Teba. Es uno de los autores más aclamados en Andalucía, con una serie de obras importantes de lo que se ha venido en llamar ‘teatro mínimo’, o lo que es lo mismo piezas pequeñas que tienen un gran contenido y que se representan en poco tiempo.
‘Vidas fingidas’ son trece monólogos que según el dramaturgo César López es una colección donde da cuenta de su compromiso con el subgénero teatral del minimonólogo, tan denostado durante mucho tiempo por su condición de teatró minímo monologado, pero que García Teba viene cultivando y defendiendo con gran afan y trabajo. 

García Teba es un enamorado del trabajo teatral y el mismo se denomina ‘teatrero’. En esta obra múltiple  presenta una diversidad de temas, tonos e intenciones.
Durante la presentación, se representaron tres monólogos, uno a través de un video y otros dos por medio de actores. Posteriormente, los que había allí, los que habían acompañado a este autor alcalaíno que lleva el teatro en vena, compraron su obra porque dijo que el libro lo había autoeditado.
Aquél niño que paseaba por Alcalá la Real, observando y mirando todo lo que veía por la Tejuela, por el Llanillo. El que estudió en el IES Alfonso XI e involucró a decenas de aficionados al teatro en esta Alcalá de frontera, volvió a su ciudad natal a presentar una nueva obra.  Y muchos de los que allí había recordaron a aquél Garcia Teba que tenía una especie de gusanillo dentro que no lo dejaba vivir. Una especie de sambenito que poco a poco fue dejando en sus diversas obras y que desde Alcalá la Real a Chiclana ha ido escribiendo y representando como un parto sin dolor que gozoso iba desarrollando.
Teba sigue en forma y dando nuevas obras que representar.

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