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miércoles, 13 de agosto de 2014

ROKO, ALCALDESA MAYOR DE LOS FESTIVALES

Volvió Roko por la puerta grande y ella lo sabía, porque nada más pisar el escenario que le habían preparado en el centro mismo de Alcalá, en la plaza del Ayuntamiento, exclamó: ¡qué ganas tenía de volver¡.
Y así fue, la noche del pasado 12 de agosto volvió a Alcalá una Roko triunfadora, una Roko estrella, una Roko espectacular convertida en reina y alcaldesa mayor de toda la Frontera. Y ella gritó al público que nunca había visto la plaza del Ayuntamiento tan llena de gente y allí estaba, frente a ella, un escultor, Martínez Montañés, que entre sonidos y aplausos le esculpió su figura con su mejor oficio. Roko volvió seductora, con un vestido negro pegado a su cuerpo, joven y hermosa y con unas gafas negras que le escondieron sus ojos chispeantes de alegría. Acompañada de un gran grupo que la puso en escena y que antes de empezar el espectáculo, todos se conjuraron, en la sala de prensa del Ayuntamiento para desearse suerte y que todo saliera bien, mientras el gran PPH inmortalizaba el momento e iban subiendo las escalerillas hacía el gran escenario preparado para ella en el meollo de la ciudad fronteriza.
La plaza del Ayuntamiento estaba llena, los que tuvieron suerte y llegaron antes, se agolparon entre las barandillas que rodeaban el escenario, había gente en los balcones y en las terrazas de los pisos y jalearon, aplaudieron y vibraron con la vuelta de Roko; los teléfonos móviles al aire relampagueaban una y otra vez para captar el recuerdo. Y Rocío Pérez, más conocida como Roko comenzó su espectáculo desgranando canciones, una tras otra, de esas que ha ido cantando en los escenarios televisivos que la han hecho famosa. Por el Llanillo vi a gente, mayores, grandes y jóvenes que tarareaban sus canciones; por el Paseo de los Álamos oí a vecinos que decían que habían ido a ver a Roko, junto a la calle Alonso Alcalá y General Lastres que conforman la plaza municipal no cabía ni un alfiler y Roko, allí, poderosa, clamando a Goldfinger, la canción de la película de James Bond, que la cantó como nunca y su voz alcalaína, televisiva y modelada surcó aquella plaza y se extendió por el cielo azul y con luna grande de la noche de los Festivales de Agosto y su voz grande, joven y con ganas de vivir se oyó y retumbó en las Cruces, en la Mota, en la ermita de San Marcos y en la Verónica.

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