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martes, 26 de agosto de 2014

OCHO MINUTOS CON JON LEE ANDERSON

Llevaba muchos años tratando de hablar con Jon Lee Anderson, Michael Jacobs me había prometido una entrevista con este famoso periodista, pero no se acercaba la hora y en varias ocasiones falló el invento porque Jon Lee decía que venía a Frailes, pero después anulaba la visita por cuestiones de la guerra. El día 23 de agosto de 2014 llegó Jon Lee Anderson a Frailes, me lo presentó la esposa del fallecido Michael Jacobs, Jackie Rae. Lo conocí y en pocos minutos este hombre nacido en California en 1957, que ha recorrido el mundo y se ha especializado en conflictos de guerra internacionales, comenzó a hablarme pensando todo lo que decía, mientras, se mesaba su cabello y respiraba el aire de Frailes, en la puerta del bar el Charro. -¿Cómo empezó en el mundo del periodismo? -Me inicié en el Perú, en el año 1979, en un pequeño semanario, ahí y los primeros trabajos míos eran crónicas del río Amazonas y me los iban publicando, así que eso fue mi comienzo en el periodismo. Pero, tengo que decir que años antes, a los 9 o 10 años en Taiwan donde vivía mi familia pues había tenido mi propio periodiquito de barrio, mi madre me lo mecanografiaba y yo le hacía copias a carbón y lo vendía a 5 centavos. -¿Cómo ha sido su relación con Michael Jacobs? -A Michael lo conocí justamente aquí en España y tenía referencias de él anteriores, nos conocimos en el año 2008 y es más o menos reciente, pero nos hicimos amigos entrañables inmediatamente y en Granada en el primero de los festivales Hay, con el profesor Juan Antonio Díaz, ahí fue cuando conocí a Merce García y a Manolo Caño y en ese momento me parece a mí que no llegué a Frailes sino una semana después, porque me quedé en España y fue una forma de reconectar con España, después de un tiempo de distanciamiento mío, sobre todo por las guerras en el Medio Oriente, no había parado de trabajar en varios años como para volver y aproveché y Michael fue un poco como mi cordón umbilical, curiosamente con la España profunda otra vez y compartimos mucho, nos hicimos grandes amigos y quedamos en contacto y desde entonces he venido a Frailes en tres o cuatro ocasiones, nos hemos visto en otras partes como Colombia, en Londres y quedamos en contacto. -¿Qué destacaría de esa amistad? -Que era un hombre inusualmente emotivo y entrañable, era un tipo realmente amigo, de esos pocos que hay, de un tipo de mucha compasión, con un gran intelecto pero que no lo dejaba, tú sabes, no lo llevaba al pecho, era un tipo excéntrico, muy amigo, muy amigo, era muy mediterráneo, era un inglés apenas, o sea que tenía sangre judía e italiana, era un errante, era un tipo, además era un jaranero a todo gas, podía estar de fiesta hasta las cinco de la mañana, siempre echaba palante y me da muchísima tristeza de que haya muerto así tan rápido, pude verle el día anterior a su muerte y tuvimos una conversación, era un tipo que se aferró a la vida y bueno dejó un legado con él que no es poco, estamos aquí con él y por él. -¿Cómo se hizo reportero de guerra? -Eso sí que lo busqué, lo busqué en Centroamérica en el año 1980, cuando era el Medio Oriente del mundo de entonces y quería experimentar lo que era un conflicto, quería entender lo que era la guerra, como para aprender yo mismo de ello. -¿Qué me puede decir de la muerte de su amigo James Filey? -Éramos amigos, nos conocimos en Libia y la última vez que lo ví, fue el verano pasado en la frontera con Siria, semanas antes que lo secuestraran y es más nuestra última conversación trató de la preocupación que él tenía por otros dos personas que habían secuestrado, estaba empeñado en tratar de rescatarlos y luego nos vimos antes de entrar yo en Siria. Yo salí muy mosqueado por el ambiente interior que había allí, era antes de que la situación se pusiera peligrosa pero se sentía y tuvimos una especie de discusión, bueno mejor una conversación, y él me hablaba de estar empeñado en volver a entrar en Siria y yo le hablaba de convencerle que no lo hiciera. -¿Y cómo ve la situación del mundo en general y de las guerras? -Está del color de la hormiga, toca otra guerra grande para acabar con esta gente. -¿Y conoce la situación de España? -Sí, España está…mira España está … que te digo. España lo ha pasado mal y entiendo que empieza a repuntarse un poquito, levemente, lo de España va a demorar un tiempo, pero lo bueno que tiene España es que todavía tiene fundación familiar y la mayoría de la gente puede vivir sin mucho, tienen su propia casa, sobre todo gente de campo que creo que es mejor que la gente de la ciudad y ojala, ojalá que sea así. -¿Y el futuro de Hispanoamérica como lo ve? -Pujante, el Nuevo Mundo como me gusta llamarlo yo, es un poco la esperanza de los demás, no lleva el bagaje del mundo viejo con todas sus historias, ellos crean historias nuevas que luego se convierten en viejas, pero de momento el secretismo les ayuda y es un lugar donde hay mucho porvenir y tienen sentimiento de futuro. Eso refleja esa sociedad, Europa está agotada y se siente hastiada, en Latinoamérica no, miran el horizonte y ven un futuro. -¿Y cómo ve su futuro? -Ojalá que no sea color de hormiga. No sé, seguiré tirando. Tengo una crónica sobre Centro África que va a salir pronto y vuelvo a Libia tres años después del derrocamiento, tengo un proyecto de un libro sobre Fidel Castro y lo que más me ha gustado es vivir la historia y mi tiempo. Y el poder conocer mundo. Y me siento bien, me siento preocupado por el mundo que no es una responsabilidad pero ando preocupado.

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