Dicen que está todo perdido y ya no quedan revolucionarios que transformen el mundo. Todos nos hemos vendido por un potaje de lentejas, como en la biblia. Unos por un trabajo, otros porque les siga el que tienen y muchos porque se sienten bien como están.
A mi me llama uno diciendo que me he vendido, porque dice que no ataco al sistema. Que me he vendido al enemigo. Y eso, todo el mundo lo sabe, que como la Armada Invencible no se puede luchar contra los elementos, hay que dar noticias positivas, nada negativas como decía Van Gaal.
Decían los marxistas que la historia de la Humanidad es la historia de la lucha de clases. De los esclavos contra los amos, de los señores feudales contra los siervos, de los obreros contra los capitalistas y llevan razón, lo que pasa, es que ahora, el enemigo sigue camuflado; por un trabajo somos capaces de vender a nuestro mejor amigo. Pero sigue siendo lo mismo que antes, los explotadores están ahí, nos siguen vendiendo 'mierda' y nosotros la compramos. El poder está en los controladores, porque nos controlan, si ellos se ponen en huelga, el sistema se viene abajo, pues que se pongan o no se pongan, no viajo en avión, pero el turismo se resentirá y será la ruina de España. Oh la ruina, que ruina. Con un tomate y un pimiento me hago un remojón, me siento en un estanque y me hago una buena siesta.
Yo hago mi revolución, ya os la explicaré algún día y la sociedad se transformará. Ja, ja, ja.
El pueblo y los alrededores está lleno de "revolucionarios" muchos con más boca que mente; y otros con una mente muda. Si se unieran los unos con los otros otro gallo cantaría.
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