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domingo, 26 de noviembre de 2017

OLVIDO GARCÍA, POETA PARA LA VIDA

El sábado, 25 de noviembre tuve una entrevista con Olvido García Valdés, es una mujer poeta, cercana que hace una gran pareja con el poeta y ensayista Miguel Casado. Olvido es premio Nacional de Poesía en el año 2007 y es un ser sensible, importante, amable y sin arrugas ni dobleces. Ambos, Olvido y Miguel tienen una pequeña casa en Mures y pasan algún tiempo allí. He tenido la suerte de poder hablar con ellos y Olvido me dio un regalo, esta entrevista, y además me dijo que nos podíamos ver alguna otra vez cuando vuelva a Mures. Ellos son personas comprometidas y muy trabajadoras que pasan su tiempo estudiando y escribiendo.

- ¿Cómo te interesaste por la poesía?
-Pues, en realidad de niña. He sido profesora de Secundaria toda la vida y por lo que he visto después con mis alumnos, también, se empieza a escribir un poco en la adolescencia que es cuando nos damos cuenta de que estamos solos aunque haya mucha gente con nosotros, como amigos y familia y todas las cosas, pero hay una especie de soledad e insisto en esto porque creo que es importante, de soledad radical de cada uno y eso nos acompaña toda la vida. Y entonces la poesía si es un tipo de lengua que se dirige directamente a esa soledad radical de cada uno. De adolescente, uno empieza a escribir, cuadernos, un poco como un diario de lecturas, de cosas que te quedan en la cabeza, que han pasado, conversaciones y ahí surgen, también, anotaciones para poemas y un poco de esa manera. Empiezo a escribir muy pronto a los doce o trece años pero en cambio publico muy tarde, mi primer libro lo publico en el 1986 y entonces funciono un poco así.
-¿Qué te aporta la poesía?
-La poesía, el escribir poemas, pues en realidad me da como un lugar, un lugar que es tuyo que podría ser, también, de los demás pero que es un sitio propio, donde, bueno yo digo a veces que el poema es un lugar donde se guarda la vida y eso sí, son cosas que te quedan en la cabeza, que te ocurren, no necesariamente importantes, es algo que te llama la atención y entonces crea un lugar como de conciencia, bueno, seguramente si merece la pena vivir que es una cosa que muchas veces nos preguntamos, creo que merece la pena cuando uno hace de la vida un proceso de trabajo propio sobre uno mismo, un viaje como de intento de crecimiento, es un trabajo sobre uno mismo y creo que la escritura es un poco ese trabajo.
-¿Cómo fueron tus primeros contactos con la poesía?
-Como lectura, claro y luego muy tímidamente en esa época adolescente pues escribiendo poemas muy malos como todo el mundo y como lectora descubriendo ese territorio del que hablábamos y que es como un espacio donde se habla de verdad, porque en realidad toda la lengua que nos rodea, no ya sólo la de la política que es una lengua terrible sino en general y actualmente, creo que cada vez más es una lengua muy poco verdadera, no para la comunicación, para el momento, para lo inmediato, para sin pensar mucho lo que se dice y por qué. En cambio, en realidad un poema como no hace ninguna falta escribirlo pues como que te paras, te paras a pensar, te paras para ver lo que dices y es un poco así, sí; entonces en la lectura descubres ese mundo y después es como una manera de hablar la de la poesía.
-¿Cómo fue llegar al mundo de Alcalá la Real?
-Esto fue Miguel, mi compañero. Miguel Casado somos pareja desde hace 40 años, desde el año 1979; nos conocimos en Valladolid porque él es de allí, fui a trabajar al Instituto que fue donde nos conocimos. Él es un poeta extraordinario y es un ensayista y un crítico extraordinario, sus trabajos sobre Vicente Núñez son maravillosos y sus libros de poemas, yo lo admiro mucho y Alcalá la conocimos por él porque ganó el premio Arcipreste de Hita en una de las primeras convocatorias, conocimos entonces a Carmen Juan que es un ser extraordinario, sabe muchísimo, es de una bondad absoluta y una generosidad enorme y se entrega a todo lo que tiene que ver con Alcalá, con la cultura. La conocimos entonces y conocimos también a Vicente Núñez y entonces venimos por aquí porque Miguel ha tenido que hermanar al Arcipreste con Luis Cernuda, con Carmen Juan, Vicente Núñez y en un momento determinado que pensamos comprar una casita por el sur pero no queríamos la costa y nuestro hijo vivía entonces en Málaga, pues vinimos por esta zona y fue Pepín Fuentes el que nos enseñó ese cortijillo que compramos y que rehabilitamos entero y desde entonces allí estamos todo el tiempo que podemos, no tanto como quisiéramos pero muy a gusto, muy bien; ahora tenemos una pandilla de gatos que nos invadieron y que andan por allí silvestres y se está muy bien, estamos en Mures.
-¿Para qué sirve la poesía?
-Así dicho muy simplemente, la poesía sirve para hacer las cuentas. Sirve para hacer las cuentas de la vida que son las únicas cuentas que importan hoy, también las otras importan pero sobre todo en esta época tan difícil y hay tanta gente que lo está pasando tan mal y las cosas que importan, son las que uno hace consigo mismo a lo largo de la vida y yo creo que la poesía sirve para eso; cuando uno lee, por ejemplo, los poemas de César Vallejo, que es un poeta que admiro muchísimo, te das cuenta de que esos libros, como Los heraldos negros, son libros en los que hace las cuentas consigo mismo y es impresionante.
-¿Hay una poesía femenina?
-Eso es un asunto complicado porque yo no creo que haya una poesía femenina, porque no creo que haya lo femenino, hay las mujeres y los hombres y la vida de las mujeres y la vida de los hombres. Han sido vidas muy distintas, muy injustamente distintas y entonces hay una conciencia, yo creo que las mujeres tenemos, cada vez más, una conciencia de esta desigualdad y de esta injusticia y por lo tanto una reivindicación muy grande en todos los terrenos y cada vez tenemos más esa conciencia y por lo tanto hay un pensamiento feminista, con una manera de situarse en la vida y en la relación con las demás feministas, yo me considero radicalmente feminista y eso influye en lo que escribes, lo mismo que supongo que es inevitable lo que ocurra si tú eres negro en un país racista, si eres pobre en un país capitalista, es decir en todas las situaciones de desigualdad radical generan una conciencia especial y esa conciencia especial forma parte de quién escribe y por lo tanto eso está ahí; ahora dicho esto, yo no creo que hay una poesía femenina al menos como se entendía en el siglo XIX, como una poesía edulcorada y agradable, amable, bella, entre comillas, etc., que hablaba de asuntos más o menos intrascendentes, no, en ese aspecto no, hay poesía escrita por mujeres que tienen conciencia de cuál es su situación.
-¿Qué poetas actuales te interesan?
-Muchísimos, me interesa mucho la poesía y me interesa mucho el ensayo, en cambio no leo nada de narrativa, según voy envejeciendo y creo que es un problema de la vejez porque yo he leído muchísima novela, mucha y me interesó y creo que en la novela como en el cine o como en la música que es donde aprendemos a vivir, en el sentido que reconocemos los sentimientos, las emociones, etc., cuando uno no está seguro de lo que le pasa, lo es o no y en las novelas todo esto está ahí, enseñan a vivir lo mismo que en el cine que para mí es muy importante también. Se está escribiendo muy buena poesía y tenemos la suerte de tener una lengua común con Latinoamérica y entonces la poesía que se está haciendo y que se hizo durante todo el siglo XX en Latinoamérica es extraordinaria y bueno es un mundo muy rico.
-¿Cómo estás viendo la situación actual española?
-Muy compleja, es una situación muy difícil y sobre todo porque no se quiere ver y creo que no hay suficiente capacidad de escucha por parte del Gobierno Central especialmente, no hay suficiente conciencia de unos problemas que son históricos, me parece que se ha intentado resolver y no se ha resuelto nada sino que se han agudizado los problemas. Me parece muy importante la escucha y yo vivo en Toledo y soy asturiana de origen y tengo una percepción muy amplia del país, he vivido en Cataluña, también, y a mí me parece que se habla mucho y muy negativamente y no soy nacionalista y con este recorrido vital el nacionalismo no tiene cabida en mí, pero se habla mucho del nacionalismo catalán y efectivamente hay unas razones históricas para que eso sea así y no se habla nada del nacionalismo español y el nacionalismo español es terrorífico, sobre todo cuando no se le pone nombre, cuando parece que no es nada, es muy fuerte, es muy terrible y puede ser muy avasallador, todo esto es muy complicado.

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