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martes, 3 de febrero de 2009

INSTRUCCIÓN PARA EL NOMBRAMIENTO DE MANUEL RUIZ LÓPEZ COMO HIJO ADOPTIVO DE LA VILLA DE FRAILES.


Manuel Ruiz López nació en Fuensanta de Martos el día 23 de agosto de 1924 pero no vivió mucho tiempo allí porque se trasladó a Fuerte del Rey. Nacido en una familia humilde y trabajado-ra, formada por 10 hermanos. Pronto se distinguió por su buen hacer y trabajo en las labores del campo.
Manolo es conocido en la villa frailera con el apelativo del Sereno, por el trabajo ejercido en el Ayuntamiento durante más de 30 años, que ejerció el puesto de vigilante nocturno.
Sus inicios en el municipio frailero datan de 1955, cuando llegó andando a través de la Mar-tina para trabajar como yuntero en la casa de una familia acomodada. Pero su saber innato y sus dotes de autodidacta pronto le hicieron incorporarse a un puesto en los servicios municipales. De tal manera que en poco tiempo se convirtió en una persona imprescindible para los alcaldes de las di-versas épocas que gobernaron el Ayuntamiento, tanto en la dictadura como en la democracia, lle-gando a ser un hombre de confianza, por sus dotes personales y por la innata intuición para hacer bien muchas cosas.
La labor de aquellos años quedó patente en las diversas actividades que realizó, tratando de encontrar siempre el bien común y no el particular que primaba en muchos casos en la dictadura. Cómo por ejemplo el trazado de algunas calles para que fueran ensanchadas, la construcción de fuentes en los puntos más lejanos y necesarios, como la del Cerrillo que pagó él de su propio bolsi-llo, o la intervención para que muchas personas mayores pudieran cobrar una pensión, a través de la presidencia de Cáritas.
No sólo realizó su labor en el mundo municipal, sino que colaboró con los diversos estamen-tos de la sociedad frailera. Manolo ‘El Sereno’ se convirtió en una persona casi imprescindible en el mundo de Frailes. Los profesionales de la Medicina tuvieron en él un respaldo importante, debido a que trabajó muchos años ayudando en la farmacia del pueblo. Por ello, fue sustituto de algunos practicantes (enfermeros), colocando inyecciones a los pacientes, sustituyéndolos durante sus vaca-ciones. Igualmente, dio clases en el colegio público o ayudaba al párroco de turno para expedir cer-tificados de la parroquia.
Manolo ‘El Sereno’ era consultado por los alcaldes para ver los proyectos que se iba hacer en el pueblo, persona soltera y sin cargas familiares, se dedicó y se preocupa continuamente por los diversos problemas y actividades que se celebran en el municipio. Desde poner una señal de tráfico a señalar las alineaciones de una obra, elegir a los obreros para el desempleo en sus diversas facetas, aconsejar a los jóvenes para su futuro, traer a la Sección Femenina para enseñar a las mujeres a rea-lizar muchas de sus actividades, organizar las ferias anuales de San Miguel y de agosto, contactar con curas y dirigentes con el objeto de buscar ayuda para personas muy necesitadas. Propuso la instalación del colegio público en la calle Santa Lucía, por ser un espacio abierto y de gran exten-sión, además de céntrico; colaboró con la creación del consultorio médico en la calle Santa Lucia, cediendo los terrenos por un precio irrisorio y también la construcción de los terrenos para el campo de fútbol que eran de su propiedad. Siempre estuvo dispuesto a ofrecer sus propios bienes para rea-lizar fines sociales que afectaran a toda la comunidad.
Estaba y está, siempre, presto para cualquier contingencia, lo mismo en la farmacia que en el Ayuntamiento. Su horario no tenía horas y era apreciado por los distintos sectores de la población y sirvió de nexo entre las clases en la dictadura. Aunque no contentó a todos y como todo ser humano también tuvo sus correspondientes enemigos.
Los alcaldes Rafael Moya, Antonio Alba, Fermín Medina, Antonio Tello, Antonio Lucas, Francisco Mudarra, Encarnación Anguita, Antonio Garrido y Antonio Cano, unos y otros, la dere-cha y la izquierda confiaron en este hombre que sólo perseguía el bien común para el pueblo, aun-que se equivocara algunas veces. Era el alma Mater y el factótum del Ayuntamiento la persona ca-paz de llegar a relacionarse con cualquier jerifalte de la política o con el más pobre y humilde del municipio. Este trabajo lo sigue llevando en la sangre y cada día llega al Ayuntamiento para intere-sarse por las cosas que suceden en el pueblo. Sigue aconsejando al teniente de alcalde, donde colo-car una señal, como alinear una calle o el lugar más idóneo para hacer cualquier proyecto o colocar una farola.
Recibió su primer homenaje del pueblo de Frailes en el Programa de Canal Sur, Tal como Somos, donde en nombre de todo el municipio de Frailes adquirió el prestigioso honor de ser un frailero de pro en el año 1994.
Manolo ‘El Sereno’ es un hombre curtido en la vida. Ella le ha enseñado todo lo que sabe, a través de las personas que se ha encontrado ha ido aprendiendo. Sigue siendo un niño que se entu-siasma con cualquier cosa. Es capaz de leerse las obras completas de Juan Eslava o tirarse una tarde hablando con una ciudadana inglesa sin apenas saber el idioma. Presentarse en la Cámara de los Lores de Reino Unido o arreglarle ‘los papeles’ a un inmigrante para que no tenga problemas en España. Criar higos en su huerta, subir al monte del Paredón, hablar con el gran escritor Cees Noo-temboom o entenderse con su hermana Carmelita en el día a día.

Parecía que con la jubilación su vida activa se iba a ir apaciguando, pero estaba equivocado. Su vida se ha intensificado, ha ido creciendo en estos años de asueto y ocio. Su espacio se ha am-pliado, sus amistades se han multiplicado, su amor por Frailes se ha asentado y forma parte de su vida diaria, de tal modo que su trabajo primordial durante estos años ha sido proyectar el nombre de Frailes hacia el exterior.
Primero conoció al escritor jienense, Juan Eslava, de tal manera que se hizo amigo íntimo y juntos vivieron momentos importantes. Manolo le enseño el municipio, fue con él a través de la Ruta de los Milagros y todo ello acabó en que Juan Eslava pudo intervenir en una jornada de la fies-ta del Vino del Terreno. Por todo ello, el nombre de Manolo el Sereno quedó en alguno de sus li-bros. Pues comenzó una amistad profunda y de intercambios.
Por aquél entonces, Manolo se había enfrascado en fabricar un tipo de aceite que fuese único en todo el mundo. En su propia casa montó una pequeña ‘fábrica’ con retazos de una lavadora y un envase de cerveza de 50 litros. Experimentó durante algún tiempo para ver como salía su aceite y como la base era buena, pues pronto dio su fruto. La cuestión es que parte de sus aceitunas las mol-tura en esta pequeña fábrica y su aceite que bautizó con el nombre de ‘Serenooliva’ se convirtió en un producto indispensable en la mesa de sus amigos y allegados. Pues cada año regalaba un peque-ño recipiente para que se disfrutara. El boca a boca hizo su cometido, y muchas personas se intere-saron por el aceite de Manolo, pero la cosecha era escasa y este aceite sólo se da a unos pocos esco-gidos.
La amistad con Juan Eslava le acercó a otros escritores de prestigio y además pudo conocer toda la bibliografía de este autor, firmada por el mismo que guarda en su casa. La amistad entre ambos siguió generando encuentros ininterrumpidos.
Otro momento importante fue el conocer al escritor inglés Michael Jacobs, que por casuali-dad llegó a Frailes, al alquiler una casa rural en Los Baños. En pocos días, Michael y Manolo se hicieron amigos y esto hizo que el segundo le prestara su ‘casilla’ para que escribiera allí y no fuese molestado. De allí nació el libro ‘La fábrica de la luz’, un recorrido por los personajes fraileros, siendo el protagonista Manolo el Sereno, un libro que ha dado mucho juego y ha servido para que muchos ingleses conozcan Frailes, pues llegan aquí de vacaciones preguntando por los personajes de este libro. Michael y Manolo se hicieron inseparables, hasta el punto de que Jacobs decidió hacerse una casa en el municipio, y compró una antiguo inmueble en lo alto del Calvario, del que Manolo se encargó de restaurar, realizando todo tipo de cambios y convirtiendo la antigua cuadra en una casa acogedora y distinta.
Con Michael se embarcó en la tarea de conocer a Sara Montiel y proponerle que viniera a la villa frailera, para poder proyectar su película ‘El último cuplé’. Esto pudo ser por la voluntad que le pusieron ambos y Sara Montiel llegó a Frailes en junio de 2001, donde estuvo 3 días y acaparó las portadas de los medios de comunicación de toda España.
Michael Jacobs introdujo a Manolo en el mundo literario que él conocía y a través de él pu-do entablar una serie de amistades con otros escritores y personas del mundo académico. La lista es interminable, pero se pueden destacar a Ignacio Henares, Juan Antonio Díaz, Ian Gibson., Manuel Amezcua, Jesús Torbado, Antonio Carvajal, Salvador Compán, Chris Stewart, Antonio Mingote y otros muchos que pueden quedar en el tintero.
Con el escritor holandés Cees Nootemboom tuvo una relación directa, al trasladarse a Frailes durante una jornada de la fiesta del Vino. Habiéndole encargado el diario ‘El País’ que hiciera un reportaje sobre los 25 años de democracia en España y el cambio que había experimentado la na-ción en estos años. Cees Nootemboom encontró aquí la respuesta y escribió un reportaje en el se-manal del País en el que dedicaba varias páginas a Frailes, que supuso un espaldarazo para el muni-cipio, pues gentes de toda España se interesaron por la villa.

Otra de sus facetas ha sido y es la relación con la cofradía gastronómica del Dornillo. Desde sus inicios perteneció a ella, conociendo a personas de los municipios de la Sierra Sur. Por último, fue nombrado presidente de la misma y con ello ha fortalecido la gastronomía de todos los munici-pios de la Sierra Sur y en especial a frailes. Ha conocido a grandes expertos en cocina, como Alicía Ríos, con la que mantiene una amistad íntima y correspondida, con grandes proyectos para hacer en la Sierra Sur. Además, a través de Alicia Ríos conoció a Claudia Rodin, una de las mayores exper-tas en cocina mundial judía y del mundo, con la que convivió una semana en su casa, tratando de interesarse por la cocina frailera y de la Sierra Sur y que pronto podremos ver escrita en un libro.
Son muchas las historias y anécdotas que Manolo el Sereno tiene y no se pueden resumir en una instrucción de este tipo. Sólo sé que Manolo el Sereno es una de las personas que más se mere-cen este tipo de reconocimiento. No sólo porque ha trabajado por llevar el nombre de Frailes en su corazón y que sea respetado en todos los lugares, sino porque es una persona buena, generosa y que piensa en los demás. Su casa y sus posesiones están abiertas a todo el que llega, su mesa está dis-puesta para todo el que lo visita. Sus manos están prestas a ayudar al que toca a su timbre. Y no sólo tiene amigos en personas de prestigio. Manolo es conocido y alardea de tener por amigos a muchos inmigrantes que lo han conocido y no dejan de visitar su casa, los recibe y los quiere.
Por todo esto, merece este reconocimiento que no necesita firmas ni avales, sólo las que él se ha labrado a lo largo de una larga vida y que están ahí selladas cada día, en los renglones que ha escrito en la Historia de Frailes.

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