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martes, 8 de agosto de 2017

JORGE LUENGO HACE SOÑAR A LOS ALCALAÍNOS

La magia es una ilusión que convierte en un sueño las cosas cotidianas y Jorge Luengo pasó por los Festivales alcalaínos en la noche del pasado lunes y envolvió al público que llenaba el teatro Martínez Montañés, en una especie de nube fascinante que le duró un par de horas, haciéndose dueño de los corazones allí reunidos. Jorge Luengo es un mago contemporáneo, cercano que sabe dónde pisa y con un lenguaje adecuado llega a cualquier persona, además acompañado de un buen equipo y de técnicas actuales, envuelve a los que acuden a su espectáculo en una atmósfera de felicidad de la que es difícil separarse.
Este mago que tiene tres carreras de ingeniería, ha estudiado psicología y neuropsicología, se preguntaba el por qué se había dedicado al ilusionismo y puede ser porque le gusta hacer soñar a la gente y ver las caras que ponen cuando realiza su espectáculo. Esto le pasó al propio alcalde, Carlos Hinojosa, que fue escogido para realizar una prueba, Luego le mandó que mirara un álbum con varias fotografías y después de hacerle una serie de preguntas, pintó al personaje que el alcalde había pensado, el cantante Bob Marley.
Jorge Luengo es un conocedor de la conciencia humana y sabe sacarle el jugo a su sabiduría, implica a los espectadores en su espectáculo, sobre todo a los niños, aunque trata de sumar adeptos de todas las edades. Fue capaz de averiguar el cumpleaños de una mujer que estaba entre el público, hizo numerosos juegos de cartas que dejó atónicos a los alcalaínos allí presentes y sobre todo sabe mantener la atención de todos los que ven su espectáculo, creando una atmósfera viviente, ansiada, mágica, y conquista a cada uno de los que van a verlo como si fuese el flautista del cuento.
Su espectáculo fue un éxito en Alcalá la Real, el público se entusiasmó de tal manera que todos se lo hubieran llevado a sus casas e invitarlo a lo que él quisiera. Pero, también, supo hacerse el importante, el hombre que es capaz de conseguir lo que quiere, por eso su espectáculo se llama ‘Ensueños’, y hasta nombró a un guardián de los sueños que estuvo pendiente de una caja donde los iba guardando y al final, salió un resumen de todo lo que había hecho en aquella caja y el público no se lo creía pero allí estaba escrito y se podía leer.
El final fue apoteósico, convirtiendo una bola de papel en miles de copos de nieve y Jorge Luengo se transformó en una estrella brillante al que todos querían tocar y hacerse fotos, y así fue, se cambió de chaqueta y los teléfonos móviles disparaban y disparaban para hacerse una foto con este hombre que trajo ilusión, sueños, espectáculo, aunque el sueño solo duró un par de horas.

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