Ahora
estamos inmersos en la vorágine de los atentados terroristas y
pienso qué llevará a esas mentes a realizar esas barbaridades.
Pero, también, pienso que hay mucha gente inocente que sufre las
consecuencias de los intereses económicos de los poderosos que no
piensan más que en sus ganancias y les importa un bledo la vida de
tantos y tantos inocentes que deambulan por el mundo.
Es
difícil lograr un equilibrio, un intento de que tengamos un mundo
mejor. Porque hay tantos intereses divididos que las soluciones son
difíciles de alcanzar.
El
otro día le envíe una entrevista al alcalde de Alcalá la Real, le
hacía preguntas que para mí son corrientes. Le preguntaba que qué
era ser socialista, también qué porqué tiene un sueldo anual de
más de 50.000 euros, porqué reciben subvenciones asociaciones que
pueden costearse sus gastos y alguna otra cosa más. De todas estas
preguntas he recibido la callada por respuesta, pero yo sé las
soluciones a todas estas preguntas, pero habrá algún alcalaíno que
no las sepa y mi intención no es otra que un alcalde que ha sido
elegido democráticamente por los vecinos, responda a las dudas
fundadas que cualquier ciudadano tenga, máxime cuando se ha creado
un órgano llamado de Transparencia que supongo qué será para
preguntar y enterarse del porqué de algunas cosas que ocurren.
Creo
que al alcalde lo avala la ley vigente y puede hacer uso de su
potestad para hacerse acreedor de esos derechos que tiene, pero si se
hubiera bajado el sueldo, al menos, unos miles de euros, creo que
hubiera dado un ejemplo a todos los vecinos, no por nada, solo porque
pertenece a un partido que se llama socialista y que en última
instancia persigue valores de igualdad y de libertad. Pero cada uno
puede hacer de su capa un sayo y entender la política como se la
hayan enseñado o aprendido.
A
mi me hubiera gustado que el alcalde me hubiera contestado y
expusiera sus razones para convencerme de su forma de actuar, dando
argumentos como cuando contesta a las preguntas que le hacen los
vecinos en un programa de la radio municipal. Pero, en fin, está en
su derecho de contestarme o de no hacerlo. Por ahora, esta es la
democracia que tenemos, yo intento cada día hacer mejor las cosas
que atañen al bien común, cometo errores, aprendo de ellos, me
caigo, me levanto y así voy saliendo hacia adelante.
Pienso
que hay una gran brecha entre los gobernantes y los gobernados, unas
diferencias que no son buenas para la democracia, pero así estamos y
así hemos querido estar porque hay otras alternativas para tener una
mejor sociedad y que las brechas cada vez sean de menor calibre,
tenemos opciones para cambiar, para mejorar y en última instancia
para votar. Yo no me quejo de que el alcalde no conteste a mis
preguntas, solo he tratado de que ponga argumentos a sus actuaciones
y nada más.
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