Parece como que mi mente ha cambiado en los últimos meses, aunque sigo
cometiendo errores como siempre. Sigo observando lo que llega a mis ojos y trato
de darle una explicación. El lunes por la tarde estuve en el Ayuntamiento para
la firma de un convenio con la Agrupación de Cofradías, por la que el Equipo de
Gobierno Socialista da una ayuda de 5.000 euros anuales y durante toda la
legislatura a la entidad antes citada, son 20.000 euros en cuatro años, todo
sea para bien del patrimonio religioso, el fomento del turismo en Semana Santa
y porque los socialistas que siguen teniendo mayoría en el Ayuntamiento lo han
considerado oportuno. No sé si se hiciera un referéndum, esta cuestión sería
aprobada por la mayoría de los alcalaínos.
Ocurre igual con las cuestiones deportivas, desde hace años, cualquier
evento de este tipo se está convirtiendo en un acontecimiento importante para
el municipio que lo celebra, parece que hay una sobrevaloración de este tipo de
cuestiones porque atraen a mucha gente.
Estas cuestiones, la religión y el deporte para unos serán muy
importantes y para otros serán superfluas. Pero ambas se pueden practicar sin
grandes parafernalias. Es decir, un creyente puede orar en cualquier lugar y su
plegaria será oida por el Ser Superior en el que cree. Otro tanto, ocurre con
el deporte, calzándose unas zapatillas, una camiseta y un pantalón apropiado se
puede hacer deporte a todas horas.
Pero lo que no puede hacer una persona mayor es una residencia para sus
cuidados, necesita que las Administraciones se pongan de acuerdo para construir
un buen edificio y dar cabida a todos
los vecinos que lo necesiten. En Alcalá la Real, en Frailes se necesitan plazas
de este tipo, porque las que hay no son suficientes y cada vez hay más demanda
de ellas porque la población cada vez envejece más.
Otro tanto, ocurre con la llamada Ley de Dependencia, tiene mucha letra
pero poca inversión y hay muchos mayores que necesitan cuidados y cada vez se
lo ponen más difícil para poder obtenerlos. Les piden diferentes grados de
dependencia que un experto tiene que evaluar. Y los mayores van y vienen a los
despachos de los Trabajadores Sociales y no encuentran una respuesta que les
solucione su problema.
No sé si reivindico estas cosas por estar haciéndome mayor y 'las
goteras' comienzan a salir en mi cuerpo, pero creo que a las personas que
tienen miedo e inseguridades, a los menos protegidos, a los que sufren y padecen,
a los que tienen enfermedades graves o están solos, son en los que hay que
invertir, no solo dinero sino prioridad
y solidaridad o quizás haya que hacer un referéndum para ello.
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