a feria de Frailes ha conseguido aglutinar a un público variado, lleno de juventud y de experiencia que en los últimos años han llenado el recinto ferial y ha sabido captar la atención de gentes de otros lugares como Alcalá la Real, Castillo de Locubín, Priego o Noalejo.
Noes fácil, ahora, hacerse con un lugar para ver a este grupo musical, La Tentación, porque ha conseguido entusiasmar a la gente y cada vez tiene más seguidores.
Al lllegar a Frailes, en feria de noche, solo se ven automóviles aparcados desde la entrada en el Puente de los Molinos hasta llegar al mismo recinto ferial, igualmente todas las calles adyacentes están llenas de coches y sus dueños aparcan como pueden para no perderse el concierto de La Tentación.
Antes, en los bares y restaurantes se respira euforia, decenas de jóvenes comen bocadillos, tapas y beben cerveza o refrescos.
A las 00:30 horas del 2 de agosto entrar al recinto ferial es toda una odisea, la gente se iba acercando al escenario para estar cerca de los músicos; las mesas de la caseta oficial estaban llenas de gente: grupos de amigos, familias, jóvenes pegados al mostrador, niños cogidos de la mano de sus padres, otros rodeando por completo el escenario. La música de ambiente sonaba fuerte por los grandes altavoces, las conversaciones no se entendían, a pesar dee que la gente gritaba y las bocas se acercaban a los oidos.
Y de pronto, el telón se abrió, haces de luces iluminaron todos los alrededores y rincones, los músicos vestidos de blanco saltaban atrayendo la atención del público; dos mujeres cantantes estaban subidas a un columpio envolviéndose en el ambiente. Los sonidos retumbaban en la plaza de la iglesia, en la calle Cruz o en el fondo de la calle Santo Rostro.
La Tentación estaba allí, bulliciosa, animosa, rompiendo los moldes de la feria.
El alcalde, el popular José Manuel Garrido se frotaba las manos; la concejala de Festejos, Lucía Serrano, sonreía satisfecha y comentaba la muchedumbre que se había reunido para ver y oir a La Tentación.
Con todo esto, la feria de la villa de Frailes se ha revalorizado, hay disputas entre los empresarios del sector por quedarse con el contrato del bar de la caseta municipal porque en cuatro dias de feria se produce una buena rentabilidad.
La Tentación sigue actuando, la comunión entre los músicos y el público es cada vez más cercana.
El invento de los romanos del llamado ‘pan y circo’ sigue latente en el siglo XXI, como algo intacto e inalterable. La gente quiere disfrutar, bailar, mirar, beber, compartir alegrías y olvidarse, por unos días, de los problemas que tienen.
Hoy, con las luces de la mañana frailera y mientras se despedía la luna llena que dicen que tenía color azul, los ecos de la Tentación aún se escuchan en la calle Picachos, en la casa del escritor Michael Jacobs, allí en el número 5 de la calle Cantillo y Lucia Serrano, la concejala de Festejos, descansará satisfecha porque la feria 2015 ha terminado y ha valido la pena el trabajo realizado porque ha llevado la alegría y el entusiasmo a cientos de personas y porque la villa de Frailes se ha convertido en una nueva tentación par pequeños, jóvenes y mayores que esperarán un año entero para poder celebrar una nueva feria.
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