En un
principio solo llegue a contar 80
personas sentadas en las sillas de plástico dispuestas en la Lonja del
Arcipreste, pero poco a poco y entorno a las diez de la noche, el lugar se fue
llenando de gente, de todas las edades, y el aforo se quedó pequeño. Los
vecinos y los que han viajado para pasar unos dias en Alcalá la Real comenzaron
a llegar, y coparon las escaleras que hay junto a la biblioteca municipal y
llenaron las barandillas que rodean al Convento de Capuchinos y los bares de
alrededor estaban llenos y era un público extra que estaban deseosos de ver y
escuchar el concierto de los Flash y de Barra Libre
Y fueron
llegando los músicos como si no hubiera pasado el tiempo, Antonio Aguilera, El
Lechuga que estuvo perdido y no se encontraba entre el gentío, Rufino el de los
cuadros, la joven Ana Muñoz, Francisco Serrano, Sergio e Isidro y otros más. Y
fueron templando sus instrumentos, tratando de conseguir el sonido soñado y
comenzó a sonar la música de otros tiempos. Aquella, se llamaba ‘La chica de
ayer’ y muchos de los allí presentes recordó aquella canción mientras los Flash
se reconciliaban y cada vez sacaban mejores sonidos a sus guitarras.
Una tras
otra fueron cayendo canciones a la mochila del olvido y la gente iba y venia
por entre los pasos guiados del Paseo de los Álamos. Los vocalistas se fueron
dando turnos y cada uno fue sacando lo mejor que tenía y animando a aquél
público que se movia entre recuerdos de ayer y de hoy, pero que tarareaba
canciones, movia el cuerpo, hablaba y comentaba las mismas canciones y volvía a
recordar aquellos días de fiesta con los Flash, ahora con menos cabello,
algunas arrugas pero con la misma ilusión que cuando cantaban y sonaban en la
isla de Formentera.
Y Antonio
Aguilera que ahora vende azulejos y artículos para la construcción volvía a
acariciar su guitarra y a ser protagonista en un escenario, él que sigue siendo
un admirador de los Festivales y que los sigue todos los años, ha sido en esta
ocasión protagonista.
Y con los
Flash volvieron otros jóvenes músicos como Juan Abel Luque con su voz;_Yoni a
la bateria; Fran Serrano o Sergio Martínez y como la música es universal pues
se acoplaron en esta noche mágica como unos arciprestes más en la Lonja que les
dio cobijo. Y unos y otros cantaron viejas y nuevas canciones de amor y el
sonido fue retumbando por el Paseo de los Álamos, por la calle Álamos, por la
Avenida de Europa y dicen que en la calle Real, la calle Oteros e incluso en la
Mota, los vecinos oyeron viejas y nuevas canciones de amor, de vida y de
nostalgia y muchos de ellos se pusieron a bailar en la calle mientras la brisa
fresca envolvía al caluroso día de agosto alcalaíno.
Y siguieron tocando aquellas canciones
de Loquillo, de Leño, o de rock español y aquella mujer que peinaba canas se
deslizó de la barandilla que envuelve la biblioteca municipal, venció sus
miedos y el sentido del ridículo y se puso a mover su cuerpo y se vio que lo
hacía bien y que se gustaba asímisma y continuó y los Flash y Barra Libre
siguieron con aquellas canciones que hacían brotar la nostalgia y el encanto de
la vida.
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