La hermandad del Cristo de la Salud es la encargada del Vía Crucis del
Miércoles Santo y la iglesia de San Juan la anfitriona del mismo. Los vecinos
alcalaínos suben en este día hacía la fortaleza de la Mota y los barrios altos.
Por la calle Real, la calle Veracruz, con sus pendientes que se hacen largas
pero hermosas porque las vistas incomparables. Ayer, sobre las 19.00 horas
caminaban algunos para efectuar el Besapíes y posteriormente el Vía Crucis. Los
cofrades llevaban indumentaria sencilla, como viejas sotanas negras con muchos
botones. Todo es sencillo el Miércoles Santo, la Cruz de madera, el Cristo que
camina hacia la Mota. Antes de la procesión, la gente va llegando, unos visitan
la iglesia y se postran en los bancos, otros visitan la sacristía, algunos
quedan en el vistoso patio y miran las campanas.
En el libro del 2015 de la Agrupación de Cofradías para la Semana Santa
dice que los caminos de la Cruz, el Vía Crucis, son estaciones de amor, es un
itinerario compasivo, repleto de escalas y peldaños que conducen a la
Resurrección. Los caminos de la Mota, piedra desgastada en medio de leyendas y
vida de frontera son vivencias de gente humilde que hicieron el camino. El Vía
Crucis y el pasado se entrelazan, mientras la piedra se perfuma con el incienso
sublimado y una cadena huma se desgarra en oraciones de misereres, penitencias
nazarenas y, también, de teas de amor.
Loa alcalaínos, como todos los Miércoles Santos, realizaron las catorce
estaciones del Vía Crucis de la iglesia de San Juan trazaron una silueta de
entrega en cada uno de los rincones
donde se ubican, junto a la luz llameante de las antorchas y en cada uno de los
remansos de las elevadas cuestas. Los alcalaínos anoche caminaron desde la
iglesia de San Juan, en silencio, y en compañía, junto a cofrades y vecinos. La
Cruz fue su guía y el itinerario fue por
el antiguo convento de la Trinidad, la placeta de Carmen Juan Lovera, calle del
Salto, Puerta del Hierro, Albaicín, acceso Alcazaba, Puerta del Perdón, iglesia
Mayor Abacial, plaza Alta, Puerta de la Imagen, Puerta de las Lanzas, jardines
del Arrabal, calle Romancero y volvieron a la iglesia de San Juan.
El Vía Crucis alcalaíno es
antorchas y silencio y los fieles que toman la cruz ligera, vestidos con capas
negras y sotanas negras. El portal de la iglesia es un compás de espera, llegan
y vienen numerosos cofrades, pero la noche ayer fue primaveral, y no hubo indicios de nubes y desde lo alto, el
Cristo de la Salud vislumbra todas las luces de la ciudad. El atardecer se fue
extinguiendo y la noche clara, sencilla, hermosa, alcalaína se fue adentrando
en la fortaleza de la Mota y la Cruz fue guía de muchos cofrades y vecinos que
oraron en estaciones de penitencia. Vía Crucis de vida, de humildad,
silencioso, meditabundo, alcalaíno. Vía Crucis con estrellas, con cielos
azules.
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