Aún quedan vándalos, suevos y alanos, aquellos bárbaros que tambalearon el imperio romano y por las noches o de madrugada se dedican a destrozar cosas, como en la madrugada del pasado día 3 de abril, que destrozaron una pilastra y adornos en el Paseo de los Álamos alcalaínos, aprovechando la nocturnidad y con alevosía, volcaron este adorno que ningún daño les hacía y debieron ser más de uno, porque la pilastra pesa lo suyo. En fin, que hay gente para todo, unos se dan caramochazos con las paredes, otros hacen botellón, algunos se bañan en la piscina cubierta, y otros les da por destrozar los bienes públicos.
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