Yo no sé, lo que hubiera hecho Marino Aguilera o Rafaela López si
hubieran sido elegidos primeros ediles del municipio alcalaíno. Pero si sabemos
lo que ha hecho Carlos Hinojosa y no ha pillado a nadie de improviso porque las
cosas, más o menos siguen lo mismo, aunque aún es pronto para hacer una
valoración con verdadero fundamento y además ha sido votado por la mayoría de
alcalaínos.
Si yo hubiera sido elegido alcalde de los alcalaínos, lo primero que
hubiera hecho, es bajarme el sueldo a unos dos mil euros netos mensuales que
son unos honorarios más o menos normales para tratar de ir igualando las
diferencias entre gobernantes y gobernados y que no haya tanta distancia entre
unos y otros. Y también para seguir la ética socialista, pues según ha
dicho el alcalde al ganar las elecciones 'se dejará la piel por Alcalá y las
aldeas' y no es que yo diga que haga mal su trabajo, para nada; la labor de un
alcalde es ingente está todo el día resolviendo asuntos para la mejora del
bienestar ciudadano y disponible para cualquier cosa; es un trabajo en pro de
los demás que se debe hacer por convicciones éticas y morales y sus fines
dirigidos hacia el bien común.
Además, estamos hartos de oir que la labor de
los gobernantes es conseguir el bien común de los ciudadanos y cuanto más se
haga por la gente, más hacemos por nosotros mismos.
Durante la pasada legislatura oí al concejal de Cultura, Rafael Hinojosa,
decir que cada hora de trabajo municipal
que hacía, le salía por 2 euros, una cantidad ínfima que no le daba para cubrir
sus necesidades básicas, claro que don Rafael está jubilado y tendrá una
pensión digna y el trabajo de edil lo ha hecho por convicciones democráticas.
Con todo esto quiero decir que todo el que
trabaje, debe tener una remuneración justa que le sirva para cubrir sus
necesidades, pero también hay gente, y bastante, que no tiene trabajo y tiene
todo el derecho a vivir dignamente por el solo hecho de haber nacido.
A muchos políticos 'se les llena la boca' de
democracia, de empleo, de cambios, de mejoras y de bienestar y creo que la
función principal de un político, y todos somos políticos, es velar para que el
mayor número de personas viva mejor y pueda tener las necesidades básicas
cubiertas. Cuanto más diferencias haya entre los vecinos, quiere decir que peor
nos están gobernando, por eso la función de un alcalde o de un politico debe
ser corregir diferencias. Ahora, en España y en Alcalá sigue habiendo
diferencias. Ahora, el alcalde que ha sido elegido democraticamente por los
alcalaínos, tiene una ocasión única en su vida para trabajar por los alcalaínos
y sobre todo para que los que menos tienen, puedan sentirse orgullosos de ser
gobernados por un socialista. Y a lo mejor así será, porque las urnas así lo
han rubricado y no una sola vez sino
diez veces.
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