Están aquí en nuestras
calles, estos hombres morenos que van por las vías alcalaínas, son jóvenes con
ganas de vivir y con una actitud para la vida, se acercan a la estación de
autobuses y buscan trabajo, aquí o allí, al auto que se acerca o a la furgoneta,
son trabajadores que recorren media España en busca de trabajo.
Estuve en Madrid, me desplacé para
acompañar a mi hija a su graduación, ya es periodista y experta en Ciencias
Audiovisuales. Y allí en Madrid, en medio de la Puerta del Sol había tanta
gente pidiendo, tanta gente vestida con chalecos fosforescentes amarillos,
dando voces para vender oro y allí en medio de los grandes hoteles, con
habitaciones vacías, había gente que dormía en la calle. Mayores tocando un
acordeón y pasando un platillo para buscar unas monedas y tenía ganas de
volver, de no ver tanta gente a la intemperie, pero aquí también hay gente
pobre, gente que tiene y también gente
que no tiene y fui a entrevistar a una monja, una mujer de Alcalá que no
necesita mucho para vivir y me dijo que no es necesario acaparar grandes cosas
para ir hacía adelante que lo importante es compartir.
Este mundo es contradictorio, unos tienen
mucho y otros muy poco. Las leyes están hechas para los más poderosos, los que
más tienen, son los que tienen más privilegios y cuando salen a la calle y van
a cualquier lado, les dan regalos, vuelven a sus casas con los coches llenos de
regalos. Por eso, hay cosas que están de
más, le dan subvenciones a los que tienen más olivos, a los que tienen más
negocios y nadie dice nada, está establecido así en nuestro adn, cuando debería
ser al revés. Vamos para atrás como los cangrejos, hay que seguir luchando para
subsistir. Lo que teníamos más o menos seguro, como la sanidad o la educación,
se tambalea; los derechos que están en la Constitución no se cumplen y quieren
reformarla, al menos que se cumplo lo que al día de hoy dice.
Estamos en Navidad, en la calle hay luces
de colores, hay belenes en muchas casas, árboles de la época, regalos, comidas,
consumo, viajes. Es la Navidad con millones de parados esperando un trabajo y
hay gente alegre, gente contenta, y hay otros que no saben dónde están, ni cuál
va a ser su futuro. Habría que hacer una ley con el dinero que le sobra a los
que tienen, para que los que no tienen, pudieran tener una comida, un techo,
algo donde guarecerse, una ley universal de apoyo a todos los que menos tienen,
una ley inquebrantable a la que nadie se pueda oponer y dedicar todo nuestro
esfuerzo a ello.
Ahora, el mundo es injusto, unos tienen mucho, otros tienen muy poco y
porqué será, no entiendo de mercados, ni de bolsas, ni de falsos proyectos,
pero me gustaría que los hombres y las mujeres tuvieran lo necesario para
vivir, para tener una vida digna, responsable que se ganaran el pan con el
sudor de su frente, que tuvieran trabajos para ser una persona. Que no pierdan
su tiempo en buscar algo que ya les pertenece por el solo hecho de nacer y si
no lo tienen es porque otros tienen el doble o el triple. Felices Navidades para
todos.
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