El día es soleado, no hace frío, se está bien en la calle, la gente salió a comprar; en la Estación de Autobuses había más de una docena de hombres negros, el bar está cerrado y el estacionamiento vallado, en la puerta del bar hay un montón de cartones, supongo que allí los han colocado los hombres negros para dormir, son gente pacífica que va y viene por las calles alcalaínas, llevan mascarillas, visten normal, con ropa de jóvenes y calzan zapatillas deportivas, no les falta su Smartphone y compran en los diversos lugares de la ciudad, se ríen, buscan la vida como cualquiera y toman el sol junto a la Estación de Bus. Estos hombres se adaptan bien a todas las circunstancias, lo tienen claro, ellos han venido a trabajar en la campaña de aceituna y pacientemente esperan allí a que algún propietario se acerque por allí y les de trabajo, no sé si legal o irregular, ellos lo que quieren es trabajar, conseguir algún dinero y comer, dormir, lavarse o reír como cualquiera de nosotros. Creo que para ellos, esto sigue siendo un paraíso, donde hay de todo y sus caras sonríen por las calles alcalaínas y se repite lo de todos los años que varias docenas de estos hombres duermen a la intemperie. La caridad cristiana y la sensibilidad social de muchas personas les ayuda en muchos aspectos y ellos lo agradecen, pero año tras año ellos siguen durmiendo con techos de estrellas y se despiertan mirando al sol.
Menos mal que no se queman la piel tanto como los blancos.
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