Estábamos distanciados por la cotidianeidad, pero me atrajo hacía su pecho y el ritmo lento de aquella canción américana, me llevó a estrechar sus brazos con los mios y ambos quedamos pensando en la nada.
Casi no sabíamos atraer el ritmo y nuestros pies se movieron con dudas y con torpeza; después nos miramos y ví una pequeña lagrima en sus ojos y en los mios saltó algo parecido a la tristeza.
En aquel momento, los dos sabíamos que algo se había roto en nuestro interior, pero seguimos intentando palpar el ritmo de aquel antiguo blues que nos hacia levantar un pie y luego otro.
Aquella misma canción la habíamos bailado en otras ocasiones, cuando la espesura no hacia mella en nuestras cabezas, sin embargosentí su cuerpo en el mio e intenté ponerme a su altura; no sé si lo conseguí, pero nos miramos y ví como aquella pequeña lagrima había desaparecido sin dejar rastro.
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