Vistas de página en total

martes, 11 de agosto de 2020

LOS BESOS ESCONDIDOS.-

 

Estuve en las Antípodas de mi corazón, buscando besos de amor que había escondido en cierta ocasión, cuando los encontré estaban arrugados y tuve que estirarlos y acariciarlos y aun así, no pude recuperar más que uno y lo guardé para una mejor ocasión. Los besos que no se dan, no sé dónde pueden ir a parar, si acaso en algún recipiente fresco para el verano y templado para el invierno, los besos se pueden estropear, rasgar e incluso contagiar. Tampoco encontré las cartas que te escribí cuando era poeta y sentía múltiples de sensaciones de todos los colores y tú te reías de mí, y desaparecías, alguna vez te vi subida en aquel árbol que daba melocotones en almíbar y naranjas de la China, pero todos decían que no podía ser y no sé si llevaban razón porque yo cada mañana tomaba un melocotón y una naranja y un kiwi con agua fría y salía a la calle a andar pero me cansaba y volvía a comprar pan de Tiena para hacerme una tostada con aceite de aquí, casi amarillo y tomaba un café corto y aguado para que no me repercutiera en mi tensión. Y oía aquella canción de Aretha Franklin tres veces seguidas para impregnarme de aquel sonido que me mantenía expectante durante varios minutos.