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viernes, 20 de junio de 2014
20 DE JUNIO 2014
He asistido impasible a la coronación de Felipe VI como rey de España. He asistido desde aquí, he visto el boato, los 3.000 invitados, las medellas, las joyas, los trajes de la Corona y de sus invitados. He oido sus palabras y parece, no es que parezca, es que no iban dirigidas a mí ni a tí. Esta gente habla otro idioma, son de otra pasta o creen ellos serla y he puesto algún mensaje en Facebook y me han contestado y me parece muy bien que cada uno crea en lo que quiera y sienta. Pero esta gente no me representa. No son la gente que quiero para construir una España democrática, sin privilegiados, que siguen ahí con muchas triquiñuelas. El rey, la reina, la princesa a mí no me representan, no creo en lo que dijo el rey, no pensó en los seis millones de parados, no invitó a ninguno a su fiesta. Todo gente como Felipe González, como Aznar, como Zapatero que se unen al brillo, a la pachanga, a vivir del cuento. Y me parece bien que haya gente que le guste la monarquía pero que sea esto democrático, que sean votados por una mayoría y que no me impongan una monarquía hereditaria porque no es de recibo y esta gente despilfarra en vestidos, en gastos superfluos, en condecoraciones, en parafernalia, mientras hay mucha gente que lo pasa realmente mal, que no tiene trabajo ni esperanza y para ser rey, presidente o ministro hay que gobernar bien y en beneficio del pueblo y no de cuatro elegidos por la gracia de Dios.
En fin, habemus rey, mañana entra el verano y la esperanza sigue intacta.
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