Cada año llegan antes de la Navidad. Son hombres de color con ganas de
trabajar. Algunos dicen que vienen del infierno, otros han deambulado por
diversos sitios y buscan sacar unos euros al día para tener su ‘maná’.
Van y vienen desde el polígono Fuente Granada hasta el centro de Alcalá.
Todos los días pasan unas horas en una pared que hay en la Estación de
Autobuses. Por la noche se reúnen allí, en un lugar que llaman ‘El Marino’, un edificio abandonado frente a
la carretera de Granada que iba a estar destinado a un complejo turístico pero
que tomó otros derroteros. Allí duermen más de cien, con todo tipo de basuras,
detritus, pulgas o ratas. Han ido a verlos y a ayudarles algunas gentes, tratan
de resolverles el problema, pero año tras año siguen allí.
Esta temporada parecía haber un plan para atajar esta situación, pero hasta
la fecha, escribo esto el 7 de diciembre de 2016, aún no se ha solucionado.
Aquí, en Alcalá hay gente que es solidaria, junta alimentos en los
supermercados en cajas y las envían a lugares donde los necesitan. Hay personas
que se organizan para ayudar a estos hombres que vienen del otro lado del
Estrecho, les dan ropa y comida y hay un albergue donde les atienden unos días.
Hay un edificio que llaman ‘El Silo’ donde pueden recibir cobijo estas
personas. Está vacío y puede reunir condiciones para albergarlos, pero estos hombres no encuentran
una solución. Aquí hay dinero para gastar 200.000 euros en mirar el cielo,
otros 200.000 euros para reparar el césped de un campo de fútbol. Pero aún no
hay dinero para amparar a esta gente. Aquí, hace poco que íbamos a la aceituna
a los cortijos de la campiña de Martos y Torredonjimeno y dormíamos en un
colchón en el suelo. Aquí, aún, hay gente que va a la vendimia francesa. Hoy
son los hombres negros, los subsaharianos quienes sufren estas condiciones
inhumanas en un lugar que se llama Alcalá la Real. ¿Quién sabe? Puede ser que
la tortilla dé la vuelta y seamos los hombres blancos, los hombres que vivimos
aquí, quienes necesitemos ayuda. ¿Cualquiera sabe?
Si todos pensáramos en esto, si fuésemos verdaderos cristianos,
socialistas, comunistas… o de cualquier otra ideología, alargaríamos nuestras
manos y podríamos limpiar o transformar todos ‘Los Marinos’ que hay en este
mundo, y tener un lugar perenne donde acoger a todas las personas que vienen
con una mano atrás y otra delante. Porque los he mirado, observado y son
iguales a ti y a mí. Usan zapatillas deportivas, tienen un móvil y un corazón grande
y hermoso dentro de su cuerpo, como el tuyo o el mío.
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