Los Festivales de Agosto pasaron cómo
pasa el tiempo, una actuación tras de otra y dejaron su impronta en los vecinos
y visitantes. No cabe duda que la gente que acudió a los diversos espectáculos,
han sido los árbitros de los mismos y en general la nota que le dieron ha sido
buena, a través de su presencia.
Estos festivales se iniciaron con
un homenaje a Lirio José Palomar, director que fue de la coral Alfonso XI, y el
día 31 de julio se le hizo un homenaje, en un lugar como la iglesia de
Consolación, con tres corales y la orquesta Musicum Consensus. Y el público
respondió llenando el templo hasta lo alto.
La exposición de ‘La vida
cotidiana en la Alcalá del siglo XX’ aún sigue abierta y se puede visitar hasta
el 25 de septiembre. La acogida fue interesante y las visitas han sido
constantes. Puede ser el germen de un futuro museo de artes tradicionales, que
con la ayuda de los vecinos, se podrá formar una gran colección de utensilios. Formando
un buen legado patrimonial del municipio y donde el visitante puede contemplar
escenas de todo tipo.
La llamada ‘Noche en Blanco’
supuso una buena novedad para estos días de fiesta, con todas las puertas
abiertas. Y la gente acudió a todos los eventos, Alcalá fue una especie espectáculo
total, con todo gratis y los vecinos y visitantes lo pasaron bien. Aunque hubo
algunos que se quejaron, como algún músico de los que tocaron en la plaza del
Ayuntamiento, diciendo en las redes sociales que los responsables municipales
no se habían interesado por ellos, no les dieron las gracias porque no cobraron
y ni siquiera le dejaron las puertas de la Casa Consistorial abiertas por si
necesitaban algo.
El concierto del Barrio,
programado para el día 6 de agosto era esperado por mucha gente. La no
celebración dejó muchas dudas, hubo un accidente del director musical y no se
celebró, pero esto contribuyó a especular sobre este evento porque el aforo de
unas 3.000 entradas no se vendió y parece que a todos les vino bien el final
del mismo.
La Pep Ventura en su concierto homenaje
a Lirio J. Palomar del día 7 de agosto ofreció un espectáculo musical muy
completo y con un gran pundonor de los músicos y su director, por lo que los
espectadores lo agradecieron y lo aplaudieron, siendo un gran evento musical y
de primer orden.
La compañía Borabu presentó un
espectáculo musical sobre Abba, que gustó al público y pasó un buen rato
animado por la música de aquellos tiempos.
El gran Dimitri hizo reir a niños
y mayores en el Paseo de los Álamos y el Hamlet del Teatro Clásico de Sevilla
puso en pie al público y fue aplaudido durante varias veces. El tango de ‘La
Revirada Tango Club’ fue un espectáculo histórico que dio a esta danza sensual
un efecto mágico. Y el teatro de ‘La asamblea de las Mujeres’ fue un acierto
para un público que pasó un tiempo agradable. Finalmente, el flamenco tuvo un
gran escenario, con viento y con un homenaje a José Menese.
Es este tipo de festivales el que
quiere el público alcalaíno, puede ser, porque a los diversos espectáculos
acudió la gente, y hubo público para todos, en unos más que en otros. Ahora
bien, la fórmula no se ha desarrollado suficientemente, porque faltó lo del
Barrio. Sigo pensando que la gente debe pagar para ver a sus artistas favoritos
y lo hace y se desplaza a donde actúan.
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