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miércoles, 24 de agosto de 2016
EL ENCANTO NATURAL DE LA ALDEA DE RIBERA BAJA
La aldea de Ribera Baja está escondida en la carretera que conduce desde Alcalá la Real a Frailes.
En apenas unos cinco minutos se pueden recorrer los 8 kilómetros que la separan del municipio alcalaíno. Una vez allí, sorprende que casi no haya gente por su calle principal.
La aldea de Ribera Baja ofrece un paisaje natural que el tiempo no ha cambiado. Se puede dar un paseo por el barrio Alto, desde la entrada, a través de un sendero estrecho, rodeado de huertas y hortalizas, con un color verde de tonos variados. Más adelante, se pueden apreciar los pequeños arroyos que conforman el paisaje y lo caracterizan. El sonido del agua se va haciendo latente y el pequeño puente da fe de ello. Al mirar hacia abajo, el agua está presente, con diversos árboles que hacen más atrayente el paisaje.
Los viejos molinos de pan que se ponían en funcionamiento con el agua de estos arroyos han desaparecido, no obstante aún queda una panadería. Pero el Molino de Santiago Hidalgo ,donde María la Betuna iba a comprar pan para venderlo en Frailes, colocándose a la espalda unos 40 kilos de pan blanco y tras recorrer unos 8 kilómetros, lo vendía en Frailes, aquél molino se ha convertido en una casa rural, bastante apta para pasar unos días.
En el barrio Alto se han asentado gentes de otros lugares. La primera de todos fue la holandesa Elizabeth Wagner que ha encontrado el lugar adecuado para vivir y pasar sus días en un lugar de encanto y en una casa antigua y amplia. Junto a ella, se ha incorporado el periodista Jesús Pozo que ha convertido un par de casas antiguas en un hogar para ayudar a las mujeres acosadas por la violencia de género. En la casa se respira tranquilidad y hay gente siempre, atraídos por la paz y la belleza de estos campos, además las casas se han rehabilitado sin cambiar su fisonomía natural, y se ha ideado una biblioteca donde se pueden leer unos centenares de libros.
La calle principal se extiende desde la entrada donde se encuentra el centro social hasta la ermita de San Jerónimo, patrón de esta aldea. Las casas vacías se van alineando en esta calle y hay algunas que se venden, por unos 5000 o 6.000 euros se puede comprar una vivienda, aunque hay que rehabilitarla porque está en malas condiciones.
Dicen que la aldea de Ribera Baja tiene su origen en el río de Frailes, que se lleva el nombre de Velillos, verdadero protagonista del poblamiento de la zona. La aldea se desarrolla por concentración de molinos y norias de regadío para molienda del trigo y de la aceituna. El poblamiento primero se localiza en cuevas horadadas en el terreno por sus propios habitantes, lo que constituye una de sus principales curiosidades. Actualmente, la aldea ha ido perdiendo población, pero el encanto lo riene a raudales y eso ha atraído a algunos viajeros.
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