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jueves, 29 de noviembre de 2018

UN DIA CUALQUIERA EN EL PASEO DE LOS ALAMOS


Una mañana cualquiera en el Paseo de los Álamos es como adentrarse en la vida de la ciudad de la Mota. Este lugar toma el pulso a la población y se convierte en un referente de la misma, una especie de espejo donde se pueden mirar muchas cosas.
Un buen número de automóviles entran en dicho parque cada día, algo que en años anteriores no se producía porque se guardaba este sitio como una especie de oasis para la ciudadanía. Observando veo a una furgoneta que entra por la calle Miguel Hernández, da un rodeo hasta llegar a la fuente de arriba, un trabajador municipal se baja de la misma y realiza una operación con un par de aparatos pequeños, el tiempo de estancia no es superior al cuarto de hora, finalizada su acción, el empleado municipal deja sus herramientas en la furgoneta y realiza el camino contrario. En el interior del Convento de Capuchinos, concretamente en la llamada Lonja del Arcipreste, otro activo hombre municipal prepara el espacio para montar el belén de Navidad que cada año se coloca por allí, otro auto municipal está dicho lugar, con el que ha transportado los diversos materiales que componen el montaje navideño. En el centro de dicho parque hay dos furgonetas una frente a otra y varios trabajadores de una empresa que parece que están colocando una especie de alumbrado navideño.
El suelo del Paseo de los Álamos está raro, una especie de pátina hay en el suelo, como consecuencia del devenir diario y de los diversos actos que allí se celebran, como por ejemplo el paso de procesiones que con la cera de las velas deja el pavimento sucio y lleno de alguna sustancia que es difícil de quitar.


Todo el parque es cuidado y limpiado de forma regular y varias personas contribuyen a ello, como los limpiadores municipales que hacen un trabajo diario y las personas que protegen los árboles y las plantas.
En el Paseo de los Álamos hay un bar restaurante que abre todos los días, excepto los lunes y coloca una serie de mesas y sillas para que sus clientes puedan tomar los desayunos y las diversas comidas y bebidas que ofrece este local. Hay, también, una churrería que rinde a su clientela pues eso tejeringos, café, chocolate y otros tipos de bebidas. Igualmente hay tres bares en la parte de abajo que colocan sillas y dan una serie de comidas y bebidas.
Hay personas mayores y jubiladas que van cada día por allí con alguno de sus nietos, cuando es la hora del recreo un gran número de alumnos de las Escuelas de la SAFA se adentran en el Paseo y toman su desayuno en varios sitios estratégicos. Un buen número de jubilados pasan varias horas por allí, alguno hace ejercicios físicos en los diversos aparatos que una entidad bancaria colocó por allí. A la Biblioteca Municipal van entrando y saliendo sus diversos usuarios, los estudiantes que preparan oposiciones o estudian o trabajan cada mañana, algún investigador que cada día se asoma al Archivo Histórico Municipal, los lectores de prensa diaria y algunas personas más que van a leer o a llevarse algún libro.
En los bancos hay diversos ciudadanos, jóvenes negros que no han encontrado trabajo y toman el sol y escuchan música en su teléfono móvil, personas de otras nacionalidades que descansan en algún momento, más jubilados locales que van y vienen a lo largo de este lugar de asueto y ocio. La gran mayoría lleva zapatillas deportivas, pantalones vaqueros, y sobre todo ahora que va a llegar el invierno un anorak, o especie de prenda acolchada de poliuretano ultraligero que se está imponiendo en cada uno de los vecinos de Alcalá la Real y en otras partes del mundo.

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