Yo que cometo tantos errores y que sigo siendo un aprendiz a mis 65 años;
pienso que estoy aquí por azar y que me
iré un día cualquiera, intentando no dar ruido. Pienso que un puñado de
innombrables manejan los hilos de los demás y que están equivocados y los demás
estamos en Babia o no queremos darnos cuenta de lo que pasa.
Hemos ido construyendo un mundo irracional, donde importa lo falso e
inútil, más que encontrar la armonía e incluso la tranquilidad entre todos.
Somos un gran grupo de personas, la mayoría silenciosa que nos creemos que
vamos a idear la panacea de la vida. Y todo está inventado y sobre todo las
relaciones sociales, de tal manera que hay una élite que manda y una gran masa
que pulula por este mundo, e independientemente, busca lo suyo.
Hemos ido cambiando sin lograr la esencia; de esclavos pasamos a siervos,
de siervos a mano de obra barata y ahora no sabemos lo que somos.
Yo que comprendo que cada uno tenga sus creencias, que unos se casen y otros
se junten; que unas se abstengan y otras tengan hijos. Pienso que es una
auténtica locura y una ilegalidad manifiesta que la riqueza, o el pan, o un techo
dependa de 20 o 30 personas.
Creo que la gente tiene que alimentarse para seguir viviendo, por eso
debería ser lo más importante trabajar en los frutos que da la tierra, y no el
petróleo, el Ibex, el Internet o el FMI.
Pienso que Médicos Sin Fronteras es más provechoso que las FAES, Manos
Limpias o la OCU, y que la Filosofía, la palabra y la escritura deberían ser
las bases fundamentales de la Educación.
Puede ser que todos estemos equivocados y este mundo que todos hemos ido
edificando, se puede ir desmoronando y no pase nada. Hemos ido consintiendo que
‘nos metan mano’. Hemos dejado nuestras decisiones en manos de otros. Nos han
dado sueldos de 400 euros y pensiones de 450 euros, para ser pobres incluso
trabajando.
Hemos dejado que nos juzguen, que nos roben, que piensen por nosotros y al
final nos han hecho monigotes manejados por control remoto.
Los hombres y mujeres que quieran formar o fundar otro mundo. Otra forma de
vivir. Los que quieran compartir el alimento, la casa, la tierra con otros, con
todos, que den un paso al frente y que se unan; para buscar un mundo más
racional, mágico, alegre, donde siempre haya trabajo, donde encontremos un pan,
un tomate una sardina, un médico que nos atienda, un mundo sin hombres ni
cargos de confianza, sin puertas giratorias, sin personas aforadas, sin seres
tan privilegiados.
Hay tierra para todos, labrarla debería ser una gran satisfacción para nosotros, para los que pensamos que somos
tierra y a ella volveremos. Volver a la tierra y hacerla nuestra, plantar
trigo, cebollas, tomates, naranjas y berenjenas, apio y ajos, mojar aceite con
pan, hacer tortillas de huevos de gallinas que comen en el campo, labrad esta
tierra que fue un paraíso y que de él nos echaron; hay que volver a conquistar
el paraíso.
Nos han dado un lema: consumir hasta la saciedad; los que pueden consumir, se vuelven locos a pesar de
tener los armarios llenos quieren todavía más; ¿y los que no pueden consumir?
Se arrastran por esta vida como almas en pena, sin tener un euro en su bolsillo.
Este mundo es una contradicción constante, pero estamos inmersos en él como
una lapa en el hierro.
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