Ayer conocí a Patricio Medina, me lo encontré en la Sala Infantil de la Biblioteca Pública Municipal, fue con motivo de la presentación de un libro de Antonio Reyes, incluido en la IX Semana del Libro alcalaíno. Patricio es un niño de doce años, pero tiene una fuerza especial; lo entrevisté y me dijo que su madre no había podido alcanzar lo que ansiaba, poder interpretar canciones con el piano. Pero él lo ha conseguido y rezuma una alegria inusitada. Me cuenta que ha sido un poco duro toda esta experiencia, se apuntó al Conservatorio Elemental de Música alcalaíno y ahí ha superado estos estudios. Ahora, está estudiando el siguiente ciclo en el Conservatorio de Lucena, su padre lo lleva con otro compañero durante dos días por semana. Me sigue contando que tardó mes y medio en poder interpretar su primer canción pero que ahora es capaz de ofrecer todo un repertorio de doscientas cincuenta canciones. Mientras hablaba con él, estaba un poco nervioso, es un volcán, su padre me dijo que está todo el día tocando el piano, aunque los vecinos tendrán algún problema. Su objetivo es ser un gran intérprete de piano. Sueña con ello, seguro con lo conseguirá, porque tiene una fuerza enorme, un caudal de inteligencia congénito y unas ganas de hacer lo que el quiere, que es seguir aprendiendo y tocar su piano. Ahora le han comprado uno de cola, seguro que Patricio lo envolverá con sus dedos y lo acariciará cada día y le sacará los sonidos para darnos emociones.
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