El
cumpleaños de Manolo el Sereno cada vez se va pareciendo a un evento social de
primer orden que cada año reune en la villa de Frailes a cientos de
personas para festejar la vida de Manuel
Ruiz López, que es capaz de reunir en su casa, en su jardin a cientos de amigos
y compartir con ellos unas horas en armonía.
Las
puertas de su casa se abrieron de par en par y comenzó a entrar gente desde las
20:00 horas del sábado, la fiesta se prolongó hasta altas horas de la madrugada
del domingo.
Siempre
hay sorpresas en el cumpleaños de Manolo el Sereno, en esta ocasión se presentó
una persona, malagueña, que decía ser hijo del marqués de Larios y lo agasajó
interpretando el himno de Andalucía que fue despedido con grandes aplausos por
la concurrencia.
Manolo el
Sereno no le gusta que le hagan regalos, pero fueron inevitables, una amiga le
regaló una camiseta, con la esencia de lo que es Manolo el Sereno: 3 cucharadas
de amabilidad, 1 vaso de buena voluntad, 200 gramos de cariño, 150 gramos de
paciencia y valor y 300 graos de optimismo. Todo ello, se mezcla en una
ensaladera, añadiendo poco a poco los
ingredientes y se hace un Manolo el Sereno, asunto harto difícil porque este
hombre es único e irrepetible.
Y a pesar
de que los años no se cumplenen valde, El Sereno fue agasajando a todos los que
llegaron a su casa. Cerveza, vino, refrescos, se fueron uniendo a otros
alimentos, como queso, jamón, ensaladas, salchichón, alcaparras, ajoblanco,
elaborado por sus propias manos y con la ayuda de la asociación gastronómica
del Dornillo, y otros amigos ecuatorianos como Richard y otros voluntarios la comida fue llegando a
las mesas y poco a poco el ambiente se fue llenando de alegria.
El alcalde
de Frailes, el popular José Manuel Garrido le hizo entrega de una placa en la
que decía que las instalaciones deportivas de Las Carboneras, desde ahora,
llevarán el nombre de Manuel Ruiz López, debido a la generosidad de este hombre
que siempre está donando algo a los fraileros.
Pero allí
había gente de muchos lugares, aunque le fallaron sus amigos famosos como el
juez Garzón o el escritor Juan Eslava, no obstante se acercó Salvdor Compán,
que como se ha prejubilado tiene tiempo para visitar a sus amigos.
La noche y la madrugada fueron intensas,
El Sereno fue hablando con todos y cada uno de sus amigos y sus 88 años se
fueron alargando en la madrugada, dando compañía, abrazos y alegria,
compartiendo todo lo que tiene en la esencia de dos velas con el número 8 que
se apagaron con su soplido.
Desde hace
ocho años, Manolo el Sereno está celebrando su cumpleaños con amigos. En la
noche del pasado sábado dijo que cuando fue a la mili no sabía ni escribir y
que allí se enteró de los años que tenía, pues había pasado toda su juventud
trabajando y el servicio militar fue para él una liberación:_«conocí el mar, la
gente, la vida, era una maravilla todo lo que se presentaba ante mis ojos».
A sus 88 años, el Sereno sigue irradiando la
misma ilusión que cuando se fue a la mili, es capaz de ir a Pinos Puente a
cortarse el cabello, para sentirse guapo y bien; es capaz de seguir plantando
tomates y pimientos para haceer un remojón y ofrecersélo a quién llega por su
casa. Es capaz de arreglarse la dentadura con dientes de titanio porque se
siente joven y es capaz de hacerse un potaje o un cocido, meter lo que le sobra
en un recipiente de plástico y guardarlo para otra ocasión. O subirse a una
escalera de varios peldaños y seguir colgando cuadros o retratos en blanco y
negro, que le hace su amigo Paco Fernández
y sigue y sigue, enseñando a cualquiera su fábrica de elaborar aceite y
compartir un desayuno con el primero que toque a su puerta en estas mañanas de
verano
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