FRAILES ATRAE

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Frailes huele a pueblo, Frailes gusta a quien lo visita y no es pasión por haber nacido en esta villa. Últimamente, he escuchado a algunas personas que le gustaría vivir en Frailes. Gente que por alguna circunstancia ha pasado o está pasando algunos días aquí.

Vanesa Romero me decía que le gusta Frailes que no le importaría vivir aquí, añadía que levantarse por la mañana y ver el verde de las huertas, sentir el fresco de las mañanas o ir a por el pan recién hecho, era toda una delicia que había encontrado por aquí.

Otro tanto, decía Francisco de Paula Martínez Vela, un alcalaíno que se compró una casa en Frailes y que le encanta dormir la siesta en su cuarto fresco, decía que le gustaría hacerse frailero, en una entrevista que le hizo Fran Cano para Frailespatico.

Sin contar a Michael Jacobs que desde que descubrió a Frailes, lo hizo suyo y se levantó su casa junto al cerro del Calvario y siempre es su refugio cuando no está viajando.

En fin, Frailes tiene sus encantos. sobre todo sus habitantes, son gentes sencillas, ahorradores, que lo mismo comparten un tomate de su hortaliza que te dicen como encontrar cualquier dirección. También sus campos, su tierra, sus paisajes o sus lugares.

La villa se debería haber cuidado más, sobre todo el centro urbano: las calle santa Lucía, barrio de la iglesia, plaza Cervantes, Deán Mudarra, Caridad, etc. No deberían tener tanto asfalto, se tenía que haber diseñado algo peculiar que le diera un sello de autenticiad, como calles empedradas, algunas flores más o jardines que les haga más atrayentes. Pero esto es lo que hay ahora, aunuqe Frailes sigue seduciendo, con sus calles empinadas, sus bares con muchas especialidades para comer, sus panaderías con unos dulces inigualables, o la seguridad de que nunca pasa nada.