Llevar un tomate o
un pimiento a la mesa parece que no tiene importancia, pero detrás hay todo un mundo de sueños, horas de trabajo,
mimos, riegos y cantidad de cuidados. Francisco ‘El de la Enriquetilla ’ está
cada mañana en su hortaliza en la villa de Frailes, mira los surcos de su
huerta, escudriña hasta el último terrón de tierra, trepa por las acequías,
acaricia los primeros tomates que salen, pero antes lleva meses trabajando en
su hortaliza. Preparó la tierra, seleccionó la semilla y las plantas, buscó el
estiércol, habló con otros vecinos y plantó sus pepinos, tomates, pimientos,
habicholillas, berenjenas, incluso algún que otro melón o sandía. En estos días
están saliendo algunos de sus frutos. Los primeros tomates ‘arrebolaos’, los
primeros pimientos bien verdes son como perlas que salen del mar, brillantes,
con ese colorido único y el olor que se mete en el cuerpo.
Moisés Arenas se
empeñó en sembrar tomates y pimientos en el pequeño huerto familiar de la calle
Oteros en Alcalá la Real ,
había visto como su padre, Pedro, los plantaba algún año. Este año quiso hacer
el experimento y en un pequeño trozo del huerto sembró las plantas de tomates,
pimientos, calabacines y berenjenas. Los plantas de tomates salieron ‘apelotonadas’
pero ahí están, llenas de frutos aún verdes, y con un poco de cuidado habrá
tomates para muchas ensaladas. Eso si, con la ayuda de Hugo, su pequeño hijo de
4 años, que le está gustando esto y cada mañana experimenta el milagro y la
transformación de todas estas plantas.
Manuel Ruiz Löpez,
el Sereno, va a cumplir el 23 de agosto 88 años, y en su gran huerta de la
calle Santa Lucia de Frailes, lleva muchos años obrando el milagro de
transformar las pequeñas semillas y plantas en verdes pimientos, rojos tomates,
negras berenjenas e incluso uvas y ciruelas. Sigue obrando el viejo y antiguo
milagro de cada año y comparte con la gente que llega a su casa, el sabor de
estos frutos que están hechos para los paladares más exigentes. Nada que ver
con las hortalizas de Almería o las que se venden en cualquier mercado
alcalaíno o frailero. Son hortalizas de pata negra, únicas, irrepetibles y con
una marca especial.
Francisco, Moisés y
Manuel son un ejemplo de estas gentes sencillas que pueblan la Sierra Sur de Jaén, que
cultivan tomates de la especialidad ‘huevo de toro’ o cualquier verdura en sus
ratos de ocio y con la llegada del calor los frutos van saliendo de la tierra.
Estos hombres han vuelto a obrar el milagro de la transformación, han vuelto a
crear estos productos sencillos para que podamos saborearlos cualquier día en
la mesa de nuestras casas. Un remojón, compuesto de tomates, cebolla, pimiento,
un poco de sal, varios chorreones de aceite sigue siendo una bendición para los
sentidos.
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