Así de guapa estaba la Lola, hija de Macareno, el día de la jornada del Vino de Frailes, con su traje al estilo del siglo XIX y de primeros años del XX, de la belle epoque. Echándole pecho al asunto y gracia, con esa sonrisa que llena su boca. Desafiando al agua que caía, con alegría y estilo. Ella es la Lola de Frailes y no la Carmen de Merimée.
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