Anoche me acosté pensando en Elena Víboras y hoy me he despertado con su imagen en mi mente. Después de un día cargado de flash socialistas, estaba deseando tirarme de la cama para escribir algo, porque las noticias que di en Ideal fueron muy rápidas y no me dio tiempo a la reflexión.
Creo que Elena Víboras instaura una nueva forma de ganar y de gobernar, cuando la ví llorando en el escenario del teatro Martínez Montañés, pienso que se cree lo que hace y que no engaña a nadie. Hasta ahora se ha gobernado con tesón, con inteligencia, con voluntad, con la ayuda de los militantes, pero no sé si este es un nuevo concepto, ganar y gobernar con el corazón. Y parece que otra vez los astros se han alineado con Elena Víboras, pues le trajeron a otra igual para presentar la candidatura, Rosa Aguilar que también dijo que había que gobernar con el corazón, y se daba golpes en el pecho y los militantes y simpatizantes del PSOE así lo creyeron. Y aquello fue la apoteósis final, tirando claveles, besando a niños y militantes, llorando de emoción y a pesar de los tímidos puños en alto que un par de militantes se atrevieron a alzar, este nuevo socialismo de Elena Víboras, no tiene nada que ver con el viejo marxismo ni con la lucha de clases; es una nueva comunión entre gobernantes y militantes, entre el que manda y el que obedece, es como algo sagrado, cercano, íntimo que une a los corazones hermanos y que los llevará al triunfo final. Al triunfo de las elecciones, los demás partidos no tienen nada qué hacer en Alcalá la Real. Lo bueno sería que este modelo fuese transportable para toda España y junto con el 'Sin tí no soy nada' de Rubalcaba, se convirtiera en una marca nacional para poder ganar, también, en el 2012.
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