La imagen del banquero Botín, con los tirantes de derechas para no apretarse el cinturón y diciéndole a Zapatero que siga hasta agotar la legislatura y para que la economía no de más sustos a los grandes empresarios, es digna de un comentario, para saber quién manda en España y en el mundo. Y desde hace tiempo y casi siempre eso ya se sabe, quién manda y quién dirige nuestras vidas es el dinero, el gran capital que maniobra a su antojo lo importante de nuestras vidas. Los bancos han recibido más ayudas que nunca y los ciudadanos están pasando miles de fatigas y muchos están al borde de la ruina de su aguante natural.
La democracia española es ficticia y a pesar de que votamos cada cuatro años, eso no se traduce en el poder de los ciudadanos. Son otros quienes manejan los hilos de nuestros vidas. Si los que votamos no hacemos nada por nosotros mismos, estos partidos que dicen que nos representan nos van a tragar en sus estómagos cada vez más llenos de corrupción y de venta a los más poderosos. Esto se puede hacer, rebelándonos, pidiendo una democracia real, pidiendo que haya listas abiertas, pidiendo que se derogue esta ley electoral que beneficia al PSOE y al PP y denigra a los partidos minoritarios como IU. Y esto lo debemos hacer si no queremos que la falsa democracia nos engulla y nos corroa más de lo que lo está haciendo. Inventemos nuevos partidos, revelémonos contra esta gente que no piensa más que en su ombligo y tratemos de escribir nosotros mismos nuestras vidas.
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