Desde estas tierras del Sur, la vida fluye a borbotones, con un junio fresco que no terminaba de tomar el camino del verano. Nuevos bachilleres se han graduado en un teatro de glamour y tacones altos en una de las últimas selectividades porque Wert no deja su presa.
Siguen los enfrentamientos por las urgencias del hospital, entre lo público y lo privado, cuando la cosa es tan sencilla, llevar los profesionales del Distrito Sanitario al hospital de Alta Resolución pero parece que no es tan fácil, entonces para que queremos unas instalaciones de primera especial sino se pueden usar. La gente, los ciudadanos son racionales, muchos me han dicho que si hay unas urgencias con eso es suficiente, lo malo es que no haya ningunas.
Y llegó Antonio Ávila, consejero de Economía de la Junta de Andalucía y dijo que en nuestra tierra hay hombres y mujeres con ideas, con ganas de trabajar, con ganas de emprender en nuevos caminos, pero que falta financiación, ¿y eso es lo primordial? Pero un ministro de Economía de la Junta de Andalucía debería tener los cauces para que no hubiera problemas de este tipo, pero hemos llegado a estos lodos con estos gobernantes y la Junta de Andalucía no está respondiendo a las expectativas de los andaluces, en todos lados se oye que no hay ni un duro y asuntos que antes financiaba la Junta como los Juzgados de Paz o algunos libros de las bibliotecas, ahora tienen que hacerlo los Ayuntamientos.
Y Elena Víboras se ‘pirra’ por las empresas, empresas que muchas se han subvencionado con dinero público y se ha invertido el orden de los factores, las empresas están hechas por los empresarios para ganar dinero y que paguen impuestos. No que los gobiernos paguen a las empresas y les den subvenciones, porque muchas venden humo. Lo importante es potenciar lo nuestro, lo tangible, lo que se puede medir. Potenciar lo que producimos aquí y es válido. Un buen aceite, unas incomparables cerezas, nuestras hortalizas, nuestra gastronomía, un rincón cualquiera de nuestros lugares. Los quesos que se hacen en Frailes o en Ermita Nueva, el vino, los embutidos, nuestro turismo, cosas que se palpan.
Llevamos muchos años buscando una comercialización y parece que aún no la hemos encontrado, cada cual parece que busca las soluciones por su lado, no hay confianza en lo colectivo, las cooperativas que son germen del trabajo colectivo, cada vez han ido a menos. Hay que buscar fórmulas para que la potencialidad individual sea cada vez más colectiva, buscar fines comunes y no individuales.
Esto es como la Democracia, debe ser real que llegue a todos los rincones y a todos los hombres y mujeres, que el poder se disperse, que no sea para unos pocos, que los ciudadanos decidan su futuro.
Junio alcalaíno, con feria de San Antonio de cuatro días como si fuésemos ricos para tanta fiesta, junio de final de curso, con esperanza de vacaciones, con muchos parados con ganas de un buen contrato de trabajo con el que paliar situaciones de deterioro.
Junio de balances de legislatura, donde Elena Víboras se rodeó de sus principales ediles para decir que gobierna para los 23.000 alcalaínos y eso no es noticia porque así debe ser, gobernar para todos y no para unos más que para otros, porque en democracia hay que tener en cuenta a todos los ciudadanos.
Pero sigue habiendo ciudadanos que lo pasan peor, que están en el paro, que les falta algo más que a los otros que pueden estar bien y el deber de los gobernantes es que los trigos crezcan más o menos iguales, que lo básico sea lo esencial para todos, por eso aún, los gobernantes, tienen muchas cosas que hacer, igualar los trigos para que no haya diferencias para vivir porque todos somos hijos de la misma raíz y queremos estar bien en esta vida que nos ha tocado.
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