Acabo de dar mi primer paseo,
tras el confinamiento de 49 días en mi domicilio. Al salir a la Avenida de
Europa hay varias personas en la calle, que van andando tranquilamente. Antes
de pasar por la SAFA, me encontré a Rafa García Medina, qué un poco desolado,
me dijo que estaba arrepentido de haber salido, qué se había encontrado a una
Alcalá diferente.
La calle Álamos se presentó ante mí, y el Paseo de los Álamos
tenía algo de vida, la terraza del bar del Parque estaba desierta y la tienda
de fotografía de Jesús Zafra sigue dando signos de entereza. En el Pilar de los
Álamos no había ni rastro de agua y parecía desangelado.
Al empezar a andar por
el Llanillo, divisé al secretario general del PSOE, Carlos Hinojosa, en lo alto
de un balcón, por encima de la librería de su familia, nos saludamos con las
manos en alto. Alguna parte de las aceras del Llanillo estaba sucia, pero eso
ahora no importa; una de las calles más vistosas que he observado, ha sido la
calle Veracruz, hay proliferación de banderas de España y en los balcones hay
macetas y al final, la fortaleza de la Mota, le da identidad a la misma.
El
portal de Consolación estaba triste y con la puerta de la iglesia cerrada hasta
nueva orden, la Virgen de las Mercedes ¿Habrá salido a dar un paseo? Por el
Juego Pelota no se ve ni rastro del día de la Cruz, los árboles están verdes y
la calzada está vacía, la gente sabe que es fiesta pero no lo es. Otros años en
estas fechas el bullicio era grande y gran parte de la población estaba por
allí.
Di una vuelta por la plaza del Ayuntamiento, no vi a nadie, en el bar la
PlazHita había movimiento y parece que preparaban su reapertura, el bar Regio
estaba cerrado y en algunas mesas seguían las copas de la última consumición.
Paco Moya no estaba en su zapatería, ni la Óptica Lupiáñez hacía guiños a los
transeúntes. En la iglesia de las Angustias, aún está el almacén que montan los
cofrades de La Borriquilla y Hugo tampoco estaba en el balcón de su casa.
Alcalá se mantiene viva a pesar
del virus, a pesar del confinamiento; la gente hoy ha paseado, unos solos,
otros en pareja, los vecinos tienen ganas de que acabe esto y hoy han salido a
la calle para ver y respirar el aire caliente de esta primavera alcalaína.
Alcalá parecía estar en un carnaval triste, raro, con las gentes disfrazadas
con una simple mascarilla, casi todas iguales, pero al menos algunos nos hemos
visto, nos hemos saludado desde la distancia y seguimos con la ilusión de que
esta ciudad emerja y siga siendo la reina de la Sierra Sur. La Alcalá de Etnosur, la Alcalá solidaria, la Alcalá con futuro, la Alcalá sin pobreza.
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