En mi familia nadie ha resistido
más, como los dos hermanos más pequeños de mi madre, mi tía Dolores y mi tío
Camilo, son mellizos y desde que nacieron han estado unidos, ahora viven juntos
en la casa de Dolores, en la calle Carboneras y tienen 96 años. Mi tío Camilo
trabajó como un animal, en trabajos duros como descargando camiones y sobre
todo haciendo muchos encargos de la gente, ha sido una persona muy servicial;
le gusta cantar y se sienta en un banco del parque de las Cuevas y ofrece su
repertorio, hasta que se queda dormido, pero aún es capaz aunque casi
arrastrándose de ir al restaurante La Posá a tomarse un café y fumarse un
cigarro.
Mi tía Dolores es una resistente
nata, trabajó en la aceituna y fuera de Frailes, crio a sus dos hijos: Encarna
y Antonio, este último ha sido alcalde socialista de la villa de Frailes
durante 20 años, sigue viva y con energía y da alegría de verla porque es una
mujer muy positiva que siempre está contenta y se preocupa por los demás. Como
muchos otros fraileros forman parte de una generación callada, que han luchado,
trabajado y dignificado al ser humano y a pesar de sufrir muchas carencias, han
salido adelante como andando de puntillas por esta vida.
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