Salir a la calle en Alcalá la
Real, por la Avenida de Europa hoy es diferente. Mirar a un lado y a otro y ver
solo a una persona que camina observando lo que hay alrededor, sin guantes ni
mascarilla, y las aceras a las cinco de la tarde se bambolean y no hay ni la
pisada de un zapato en ellas. La tienda de los pollos asados está cerrada, otro
tanto pasa con la relojería, el comercio de las flores sufre la misma
situación, la panadería de Antonio tampoco abrió esta mañana y la Alcalá de hoy
ha cambiado, el bullicio en el bar del Rano es un silencio y de vez en cuando
un automóvil pasa hacía el Llanillo. En el patio de las Escuelas de la Safa, el
viento mueve los árboles y un gorrión picotea en el suelo y el cartel de
anuncios de los estudios que imparte va perdiendo el azul de fondo.
La epidemia del Vid-19 ha
cambiado, en pocos días, el semblante de esta ciudad fronteriza, Alcalá la Real
se ha convertido en actora de esta historia viva, las mascarillas la han puesto
en un lugar del mundo mundial y los pedidos se suceden en la fábrica que la
empresa tiene en las instalaciones del Chaparral en la aldea de Santa Ana.
El alcalde, el popular Marino
Aguilera, se presta pronto a contestar y manifiesta que ‘en general
existe un grado notable de concienciación de la población, aunque todavía queda
un sector reticente al cumplimiento escrupuloso de las limitaciones
establecidas por el esto de alarma. Diariamente la Policía Local y Guardia
Civil establecen controles para peatones y vehículos. Llama la atención la
cantidad de apercibimientos que se realizan a ciudadanos por encontrarse en la
vía pública sin justificación, hago un llamamiento a la responsabilidad de
todos para solo salir a la calle cuando sea estrictamente necesario. En cuanto
a los servicios sanitarios, me consta que la situación se encuentra controlada,
existe una plena coordinación entre los centros de salud y el CHARE’.
Agradecemos todos los ofrecimientos que recibimos para colaborar en las tareas
de limpieza y desinfección como de voluntariado para cocinar, llevar comida o
fabricar mascarillas. El decreto del Gobierno mantiene muchas indefiniciones
que, sumado a la picaresca de la gente hacen que muchos ciudadanos salgan a la
calle diariamente; sacan al perro dos o tres veces al día; van al estanco a
diario en lugar de comprar tabaco para toda la semana, o van al campo a diario
simplemente a dar una vuelta. Es una muestra de falta de concienciación y de la
falta de recursos que tenemos los municipios ante una situación así. Son situaciones
puntuales pero reiteradas que generan malestar en los vecinos que las advierten
y que son cumplidores con las limitaciones’.
Para Nono Vázquez, guía en la
Fortaleza de la Mota y una persona inquieta y comprometida, la situación que
vive, es que ‘en casa intentamos llevar un ritmo similar al previo a la crisis.
Mi mujer es docente, así que teletrabajo desde casa y le echa una mano a
nuestro hijo en las tareas que le han mandado en el cole. Nos tomamos un
pequeño respiro para sacar unos minutos a nuestra perra y una vez a la semana
la compra. Particularmente, yo estoy ocupándome de coordinar unos videos
promocionales del Pangea Turismo Cultural que en estos días estamos subiendo a
nuestro canal de Youtube y desde los cuales animamos a la gente a quedarse en
casa, mostrándoles lugares y rincones que dentro de poco estaremos encantados
de seguir mostrándoles aquí sobre el terreno y poco más, vemos algo de tv,
Internet, leer un poco para mantener la cabeza despierta e intentar poner a
este mal tiempo, buena cara, siendo consecuente, respetuoso y fiel con las
medidas impuestas que no son fáciles de cumplir, pero tampoco fáciles de
adoptar. Es el momento de demostrar que efectivamente somos un país unido y en
eso estamos o yo por lo menos en eso quiero estar. No tengo miedo, pero si
respeto. En casa tenemos dos personas que están dentro de la población de
riesgo, mi suegro es mayor ya y mi mujer, con diabetes, estamos pendientes de
las recomendaciones y yo estoy con el termómetro en la mano a todas horas,
hemos aprendido a fabricar mascarillas caseras pero sin entrar en la espiral de
la histeria colectiva Esto ha llegado en un momento en el que hay
sobreinformación, mucha fakenew, algún comportamiento irresponsable y
ventajista que siempre hay y eso no ayuda’.
Pakitina López, alcaldesa de la
Entidad Local de Mures manifiesta su opinión y dice que ‘esto, también, es
surrealista; esto recuerda, lo decimos muchas veces a los aviones volando, si
mi abuelo levantara la cabeza, un avión volando, que nosotros lo hemos visto y
yo digo esto es como una película que hemos visto hace algunos años que no está
basada en hechos reales pero algo se veía y la mente del ser humano no puede ir
delante de los acontecimientos y pienso cuando ya ha habido películas no
basadas en hechos reales pero sí en estas cosas y me da miedo, para mí esto es
como un sueño, es surrealista, parece que es mentira y aquí en Mures estamos
siguiendo la directiva de Alcalá la Real, más o menos, porque algunas
competencias las tiene el Ayuntamiento alcalaíno y conjuntamente las hacemos;
el edificio del Ayuntamiento de Mures está cerrado, hemos enviado wasap, hemos
redactado unos bandos y los hemos colocado en los sitios estratégicos; si
alguien necesita algo, puede llamarme y el muchacho de mantenimiento hace lo
mismo y atendemos sobre todo lo más urgente. Hemos desinfectado mobiliario
urbano, los bancos, papeleras han sido desinfectados. Los mureños se portan lo
mejor que pueden, en el supermercado y en la botica guardan cola’.
Otra de las personas que hemos
pedido opinión, es Merce García Castillo, trabajadora social que fue y ahora
jubilada y tiene una casa en la Dehesilla de la villa de Frailes. Ella cuenta
que ‘ayer me levanté las 10:00, hice
estiramientos y meditación, desayuné con mi marido, Manolo y mientras él
preparaba el desayuno, me documento de la actualidad; enciendo la chimenea,
hago limpieza. Manolo que es profesor de Matemáticas en el IES Alfonso XI,
trabaja con los alumnos telemáticamente, hacemos un descanso y damos comida a
las gallinas, perros, gatos y pavos reales; más tarde Manolo prepara la comida
y yo un bizcocho. Después de comer, Manolo hace siesta y yo miro tv sentada
frente a la chimenea. Tomamos un té con bizcocho; a partir de las 19:00 horas
bailamos una hora, hablamos con nuestros padres e hijos. Hemos tenido una
decisión telemática del Consejo Rector para las obras del Balneario; hacemos
una cena ligera, vemos las noticias, vemos una película. Otro día cambiamos
baile por gimnasia. No tenemos que salir a comprar porque tenemos los
congeladores y la despensa llenos, con todos los productos y conservas que
elaboramos durante el año. Tenemos unos 25 kgs. de harina integral, hago pan y
bizcochos con masa madre y kéfir; si tuviésemos una cabra para la leche, no nos
tendríamos que mover’.
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