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jueves, 14 de marzo de 2019

UN POCO DE HISTORIA DE LA FIESTA DEL VINO DE FRAILES

Ahora que se cumplen 23 años del inicio de la Fiesta del Vino en la villa de Frailes, es bueno hacer un análisis de su historia y como se ha ido desarrollando este acontecimiento que se ha convertido en uno de los más importantes del municipio, debido a que a lo largo de estos años el llamado Día del Vino ha sido un escaparate al exterior para conocer a Frailes y a sus vecinos.
Sin duda, los habitantes de Frailes han sido los protagonistas de esta historia pues han intervenido gran parte de ellos en la misma. Pero hay una serie de actores principales como en las películas.
El vino acudió en defensa de Frailes para dar realce a lo que allí se hace y un buen día el teniente alcalde socialista José Luis Martín se le ocurrió hacer un ‘día del vino’, una fiesta dedicada al vino del terreno y comenzó una aventura sencilla pero viva que tuvo su inicio el 25 de enero de 1997 y fue como una reunión familiar a la que acudieron unas cien personas y en la que el cocinero Miguel Montes inició un periplo importante en la gastronomía local y provincial, elaborando un potaje frailero que se ha ido manteniendo hasta la última edición con pequeños toques culinarios.
En esta fiesta vinícola hay que reivindicar a una serie de personas que la han hecho posible durante los 22 años anteriores, como toda una serie de trabajadores que de forma silenciosa han dado lo mejor de su labor para que Frailes quedara bien para los cientos de visitantes que cada año llegaban. Y hay una serie de nombres propios que están ahí y que dieron brillo a la misma, como el escritor Michael Jacobs; el recordado Manolo el Sereno; las mujeres que con su arte y trabajo participaron en los diversos espectáculos, elaborando la rica morcilla, mostrando aspectos de un Frailes acogedor y sobre todo de aquellas personas que elaboraron el vino y siguen haciéndolo en sus pequeñas bodegas con todo un ritual propio de un trabajo artesanal.
Una de las fechas más importantes de esta fiesta fue con la intervención del escritor Juan Eslava en la segunda edición, en la que dictó una conferencia divertida, rigurosa y llena de historia y anécdotas, destacando las costumbres de los griegos en materia vinícola y realizando un proceso histórico sobre la cultura del vino a lo largo de la historia.
Hay una gran lista de instituciones y personas que han dado realce a esta fiesta, desde la propia Diputación, pasando por Adsur, la Caja Rural o las diversas panaderías del municipio que han ido aportando su grano de arena. Pero, además ha habido personas sencillas que sin pensarlo dieron lo mejor de ellas para esta reunión anual en favor del vino; como María la Mariquilla que en su casa de la calle Huertos, esquina de la calle Cruz ofrecía su vino del terreno y los fraileros de todas las condiciones se igualaban y pedían litros, medios litros y vasos gordos y pequeños a aquella mujer alegre, dicharachera, vestida de riguroso luto que cada año mantenía viva la llama del vino frailero. Sin olvidar a Luis ‘El Panza’ que sigue elaborando este vino joven y alegre que ofrece en su casa al que por allí pasa, sin conservantes ni colorantes. Y que decir de otro frailero, Luis Aceituno, que luchó porque el vino y su fiesta se hicieran grandes y consiguió junto con otras personas la Mención Geográfica Vinos de la Sierra Sur.
La Fiesta del Vino se ha convertid en un proyecto común de todos los vecinos que cada año renuevan y se dan cita en esa gran reunión, donde conviven, comparten y llegan gentes de otros lugares y brindan por la vida y por un mejor entendimiento.
En los primeros eventos, parecía que había una ‘disputa’ entre los invitados políticos y los escritores. Así, el alcalde Antonio Cano se rodeaba de los diversos políticos socialistas y entre tanto otros trataban de que cada vez llegaran más escritores. Aunque no fue una pugna real si se masticaba en el ambiente. No obstante, en cada ocasión se elaboraba una lista de invitados que se podían llamar ‘ilustres y a cada uno se le enviaba una carta para que se acercaran a la fiesta, muchos lo hicieron otros no; pero en alguna edición se juntaron más de veinticinco escritores y la mayoría con diversos libros publicados.
Los nombres de José Luis Pantoja, José Rodríguez Molina, Francisco Martín, José María Suárez Gallego, Jesús Melero, Diego Rojano y muchos más fueron los pioneros de las primeras jornadas y las encaminaron hacia el futuro. Después, se va a llegar a la edición XXIII y se puede decir que esta fiesta es un proyecto colectivo de todo el municipio y de sus habitantes.
A partir del año 2012, el PP se hizo cargo de la dirección de la Fiesta del Vino y en lo básico tomaron la identidad de las jornadas anteriores, dándole una serie de tintes propios que no cambiaron la esencia de la misma. Con criterios distintos a la hora de elegir los ponentes de las conferencias. Continuando llenando el recinto ferial y haciendo de la fiesta anual vinicola algo más funcional.

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