El sábado, 7 de abril de 2018, se celebró la XXII Jornada del Vino en la villa de Frailes, parece mentira pero ha pasado tanto tiempo y todos hemos ido cumpliendo años. Ha habido cambios, muchos cambios y la sociedad frailera ha seguido ahí, callada, sin decir nada y quizás no hay que decir nada. Pero si todos nos callamos, pues no decimos nada. No sé si es por educación, por respeto, por miedo, que nadie dice nada.
Es lógico que cada partido que gobierne, trate de imponer su método de trabajo, dirija la cuestión, pero al fin y al cabo, es la sociedad frailera la que avanza o retrocede. En todos estos eventos he visto a una sociedad frailera dividida, como si estuviera partida en dos, los que gobiernan y los que perdieron las elecciones. He ido a la fiesta de San Pedro, he estado en las ferias, en las jornadas del vino y no hay una acción conjunta, parece como si estuvieran los nuestros y los demás y no sé si esto es bueno, malo, o indiferente. O puede ser que yo no vea las cosas como son.
La dinámica de la historia de los españoles nos ha llevado a duras confrontaciones, siempre desde dos puntos de vista principales, los buenos y los malos; los perdedores y los ganadores, la España de Franco: grande y libre; una de las dos Españas ha de partirte el corazón; los soberanistas y los independentistas, etc. En Frailes parece que pasa lo mismo; estamos divididos o a mí me lo parece; entre el PSOE y el PP, y también habrá quién se adapte a todas estas situaciones que quizás sea el más inteligente; sea como fuese, hay algo que me confunde y la fiesta del vino lo confirma, los fraileros pagan 4 euros para entrar a la comida de dicho evento y los forasteros 10 euros y eso no es democrático, pues eso es lo que me preguntó una mujer cuando me vio el pasado sábado.
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