De la sequía a la
abundancia, en pocos días hemos pasado de tener miedo en el cuerpo por la
escasez de agua, a tener una gran alegría con la abundante lluvia que ha caído
en los dos últimos meses, octubre y noviembre, y para más inri, el agua que ha
caído en la comarca de la Sierra Sur ha sido tranquila, serena y sin hacer
daño.
Las caras de los vecinos de la zona se han
transformado en estos días y el comentario ha sido unánime ¡que buena lluvia ha
caído en estos días¡. Sobre todo los agricultores han sido los que más han
agradecido que caiga esta lluvia milagrosa, porque ellos son los que más unidos
están al campo, al ciclo lluvia-sequía y lo han pasado mal en este pasado año,
con la baja tan grande en la cosecha de aceituna que en Alcalá la Real ha pasado
de unos 109 millones de kilos de la temporada pasada, a los 36 millones de
kilos de esta cosecha, con la consiguiente pérdida de jornales para las clases
más desfavorecidas.
Pero el agua llegó y las perspectivas son
de otra manera, hay confianza para afrontar el año que viene y ya se piensa en
otra cosecha buena de aceituna.
Algunos días del mes de noviembre el cielo
estuvo negro y llovía y llovía todo el día. Parecía que podía ocurrir algo malo
pero no fue así, la lluvia fue cayendo poco a poco y no tuvo consecuencias
funestas como en otros lugares.
Los ríos, las fuentes, los arroyos de la
comarca han manado como por arte de magia, cualquir persona ha ido visitando la
zona y venía diciendo que tal o cual fuente, tal o cual arroyo había arrojado
agua. E incluso, los buscadores de setas han sido los más agraciados porque ha
habido y hay una buena cosecha de ellas. Para estas gentes que se levantan
antes de amanecer y recorren las sierras y montañas de la comarca, ha sido
volver a los tiempos de antaño, cuando los grandes temporales de invierno
dejaban su rastro en calles, campos, verdas y ríos.
El agua, como ha dicho el secretario local
de la Unión de Pequeños Agricultores, Cristóbal Cano ha sido buena para todos.
Algunos días se recogieron más de 70 litros por metro cuadrado de agua y
continuó lloviendo durante dos y tres días seguidos.
El panorama que se vislumbra en toda la
comarca ha cambiado, la sequía que padecíamos, se ha transformado por lugares y
parajes en ebullición forestal, donde el verde se vislumbra por entre los
olivares, los árboles, a pesar de estar en otoño, también han mostrado su
alegría.
La sensación de miseria que se esperaba,
junto con la crisis galopante que atenaza a todo el mundo ha ido cambiando en
estos días de octubre y sobre todo de noviembre, el agua ha sido purificadora,
alentadora, salvavidas, ha sido un elemento de alegría, de compartir
sentimientos esenciales.
El agua ha traído una nueva esperanza y los demonios de la crisis, el
dolor, el miedo... han ido desapareciendo, el agua es algo bueno por esencia y
la gente de la Sierra Sur así lo entiende y así lo ha celebrado.
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