He visto crecer a esta ciudad y ahora los cambios casi no se notan. No obstante, ha habido giros, cambios y Alcalá no es la misma de antes. Uno de ellos, me sorprendió el otro día cuando venía de un viaje cercano: ver la gente de color en los tajos de la aceituna, tirando de los faldones de plástico, llevando las varas y las máquinas, aquellos morenos me recordaron a la gente aquella que cada día se ganaba el jornal en la aceituna. Pero el cambio más impactante, es ver a toda esa marea humana que pulula por las calles, buscando no sé qué en las calles, avenidas, o sentados en la estación de autobuses o en los bancos del paseo. Gente cómo tú y como yo que no tienen donde caerse muertos y son semejantes y dignos como cualquiera. He visto gente así y me he avergonzado de ser humano. Hay dinero para alumbrado de Navidad, para carrozas y fantasías, para subvenciones en otros países y para esta gente que nos roza a cada instante, ¿qué hay?.
Otro de estos cambios ha venido de la política: la conexión: Estado, Junta, Diputación, Ayuntamiento se ha resquebrajado, ha hecho aguas; el Sr. Zarrias ya no está en Madrid para visitarlo, ni tampoco las cohortes de Zapatero y pronto sabremos si pasará lo mismo en Andalucía. Aquella luz cegadora que la alcaldesa tenía, va apagándose, a pesar de su fuerza de voluntad y su tesón de luchar por Alcalá.
Felipe López ya no es el presidente de la Diputación de Jaén, ni delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía, ahora ejerce de senador socialista y se esfuerza porque su discurso sea tenido en cuenta, lo vi el otro día con una tableta digital y sus dedos escribían no sé qué asunto, mientras explicaba a los periodistas locales, la fuerza que el PSOE tenía para seguir apostando por el parador de turismo. ¡Ay¡ el parador, con su batalla política, con su erre que erre, se hará o se dejará el proyecto en un cajón cerrado, del piso tercero de la Casa Consistorial.
En Alcalá ya hay más culés que merengues, y eso ansiamos casi todos, parecernos al Barça, con su juego total, pero solo caben allí los elegidos. Aquí, como en todos lados se han invertido los papeles, reciben las ayudas los que más tienen, para crear empleo, dicen, como si el empleo se creara de esta forma.
Hemos cambiado con la crisis, hemos sufrido una transformación, nos vamos dando cuenta de que hay cosas importantes, que no es lo esencial consumir, sino velar por los verdaderos valores universales y que la vida hay que vivirla cada día.
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