Dinero del «fondo de reptiles» de la Junta de Andalucía se usó para comprar cocaína y pagar fiestas. Es el penúltimo capítulo de la trama de corrupción que investiga la jueza Mercedes Alaya y que apunta directamente a la persona de Francisco Javier Guerrero, ex director general de Empleo del Gobierno andaluz. Así lo declaró ante la Policía el pasado 15 de diciembre Juan Francisco Trujillo Blanco, el que fuera chófer del alto cargo andaluz.
Trujillo hizo esta declaración de forma voluntaria y se mostró «a disposición de la autoridad judicial para esclarecer este asunto en todo lo que haga falta». Según concretó, recibió dos subvenciones por valor de 900.000 euros –450.000 euros cada una– en 2004 de su entonces jefe, el ex director de Trabajo, sin que esas cantidades se emplearan para el uso que se concedieron a las empresas Iniciativas Turísticas Sierra Morena y Lógica Estratégica Empresarial, ambas propiedad de Trujillo. Según su testimonio, con una parte de esas cantidades se compró un terreno en la sierra y con otra un piso en Sevilla. La otra parte –cuya cuantía no fue capaz de precisar– se la dio «en mano» a su jefe, Francisco Javier Guerrero.
Siempre según el atestado del chófer ante la Policía, «también a solicitud de Guerrero» adquirió «material de telefonía, artículos de música, antigüedades, ropa y otros». «Y la mayor parte la dedicó a comprar cocaína para su jefe y para él. Y otros gastos como ir de fiesta y en copas».
Una tarde de copas
El conductor –que trabajó durante 20 años en la Junta hasta su despido en 2009– llegó a trabar «una relación de amistad» con el ex director general de Trabajo –a cuyo servicio entró en 2002– quien en una tarde de confidencias en un local de copas –«al que era era muy aficionado Guererro y al que finalmente él mismo llegó a aficionarse»–, su jefe le comentó la potestad que él tenía para «conceder subvenciones indiscriminadamente y sin necesidad de justificar nada». Según la versión del chófer, el ex alto cargo le dijo que le diera «unos nombres para concederles unas subvenciones» o que «creara unas empresas para así podérselas conceder a él». Trujillo preparó él mismo la documentación «conforme a las directrices que le marcó el señor Guerrero». Documentos que consistieron en un par de folios que el chófer asegura que entregó «en mano» al director general.
Durante su declaración, Trujillo entregó una pistola sin munición. Cuando le preguntaron su procedencia, el chófer aseguró que se la había entregado un guardia civil, del que no recuerda el nombre, hará unos cuatro o cinco años, y le dijo que estaba inutilizada, ya que tiene incluso el «certificado de inutilización», que no encuentra, pero que se comprometió a buscar. (Publicado en La Razón).
Que chungo es todo esto... Parece sacado del guión de una película de mafiosos. Y lo que es peor : Eran cargos públicos!!! ¿Pero es que aqui ya nadie tiene sentido de la honradez? Parece que no...
ResponderEliminarMientras tanto los demás tenemos que luchar por puestos de trabajo de mierda; en tanto estos se lucran, a nosotros nos engañan con trabajuchos que prometen el oro el moro y al final, ni oro, ni moro: Si no se vende, a la puta calle..AHH! y los gastos de tu cuenta, no vaya a ser que...
Si vas a pedir una ayuda para tu negocio, te dan con una pesa en los dientes y te inundan con absurdos papeles y solicitudes, para al final, denegartelo.....Bendito País!