La búsqueda de setas se ha convertido en una especie de huida hacia el ocio al aire libre y son muchas las personas que tratan de aficionarse a esta acción porque une unas características especiales, como son la Naturaleza, caminar por las sierras de la comarca, disfrutar de los elementos naturales y sobre todo encontrar las setas y poder disfrutarlas en sus diversas formas de cocinarlas.
La búsqueda de las setas se ha ido rodeando de toda una ‘filosofía’ que están practicando los nuevos aficionados que ven en ello una salida para rellenar una faceta para la diversión. La escasez de las setas hace que se conviertan en un producto muy apreciado y la persona que es experta, es como una especie de ‘sabio’ que domina su localización y puede encontrar un gran número de ellas porque sabe los espacios donde se encuentran o incluso desarrolla un instinto especial para dar con este tipo de hongos que son apreciados por los paladares más exigentes. La Sierra Sur de Jaén es una comarca de montes, donde la búsqueda de setas es importante y cada otoño, cientos de personas tratan de localizarlas para saborearlas o venderlas a buen precio; en las sierras de la Martina o del Paredón o la Sierra del Trigo y en los términos municipales de Valdepeñas de Jaén, Alcalá la Real, Frailes o Castillo de Locubín están los espacios más importantes para el encuentro con los frutos talofitas. La seta que es más buscada es la llamada ‘seta de cardo’, porque reúne unas características especiales para degustarla y es fina y sabrosa en el paladar.
Durante los meses del otoño, las sierras citadas han sido recorridas por cientos de personas que han buscado dicho fruto. Hay verdaderos expertos que saben dónde localizar las setas y van al sitio indicado y traen en su canasta una buena cantidad, como cinco o seis kilos, otros vagan y caminan por veredas y caminos y no encuentran nada que llevar a su canasto.
Algunas de estas personas venden las setas que encuentran a un precio superior a los 30 euros, otros, los más, las comen con su familia y amigos. Los buenos buscadores de setas tienen unas características especiales: suelen llevar un canasto hecho con mimbres para que las esporas de las setas se puedan caer en el campo, los que van con bolsas de plástico a buscar setas no son buenos seteros y son criticados por los verdaderos especialistas, estos expertos conocen el terreno, bien porque vivan o han habitado en cortijos cerca de estas sierras, o bien porque se pateen estos lugares y sepan cada rincón de los mismos. Algunos llegan a tal conocimiento que cada año parece que recogen su cosecha, pues conocen los lugares donde hay setas a la perfección y no pierden el tiempo buscándolas infructuosamente.
Ir a buscar setas con personas que aún no son expertas como les ocurrió a Mercedes García, Alicia, Cecilia o Antonio, es asistir a un espectáculo de la sorpresa y del descubrimiento, y el pasado 24 de noviembre se citaron en el cortijo de Las Ánimas en el término municipal de Valdepeñas de Jaén, en un día de buena lluvia y algún viento, con un paisaje fantástico pero con bajas temperaturas. Mercedes García era la más ‘sabia’ porque conoce más el campo y ha buscado más años setas. Pero cuando algún buscador se encuentra en aquel espacio, tan grande, con mucha vegetación y mirando al suelo, es difícil distinguir las setas de los excrementos de las ovejas, y a pesar de las dificultades, Mercedes encontró setas de cardo, pero lo más sorprendente es que la cara de Alicia se convirtió en un grito de satisfacción cuando pudo ver, encontrar y cortar su primera seta, una alegría inmensa recorrió su cuerpo y los gritos se sintieron en toda aquella sierra y las setas son deliciosas y tienen un gran sabor, pero si encima uno las ha encontrado, pues saben a gloria.
La parafernalia de los buscadores de setas es imprescindible, lo primero que piden es que llueva durante el otoño, después madrugan mucho para estar en los lugares adecuados lo más pronto posible, así no podrán tener competencia con otros buscadores, pero sobre todo y lo más importante es conocer los lugares donde cada año suelen surgir estas ricas setas, porque hay ahora muchos aficionados que buscan y buscan y no encuentran los prados importantes donde surgen las setas de cardo.
La seta, al ser un bien apreciado, le ha salido un nuevo problema para encontrarla, en casi toda la sierra sur se ha vallado el terreno y hay grandes extensiones de terreno que cada dueño ha acotado y en el alambrado han colocado un cartel, prohibiendo entrar a la propiedad y prohibiendo buscar setas, y se ha formado un conflicto entre los propietarios de los terrenos y los buscadores, cuyos intereses son conflictivos y en algunos casos han sucedido problemas. Ahora habrá que dilucidar si se puede entrar a esas propiedades en las que algunas de ellas tienen caminos reales o de paso y tienen que estar abiertos al público.
Quizas ir a buscar setas nos conecta sin saberlo con esa larga etapa evolutiva de nuestra especie , cuando eramos solo cazadores recolectores, aun no habiamos plantado un solo grano de trigo ni criado ovejas , Cada mañana saliamos al monte a ver lo que encontrabamos , la cara de alegria de Alicia refleja los miles de años en que esa felicidad significaba que hoy hay algo que comer y compartir .
ResponderEliminar